GWEN
Es extraño estar en Connecticut y no correr a casa de mis padres. Resulta raro pasear por la ciudad sin mi hermana al lado y recordando los lugares que solíamos visitar los fines de semana cuando nuestros padres nos daban permiso para ir a la ciudad. En ese entonces, cuando las dos éramos solo adolescentes, teníamos un plan: nos mudaríamos juntas a la ciudad e iríamos a la universidad cerca de casa para estar juntas. Nos detestábamos muchas veces, no podíamos pasar un día sin pelear, pero aun así nuestro mayor deseo era estar juntas. Cosas de hermanas, difícil de explicar.
Recorrer la ciudad con Colin es lindo. Él escucha con atención todas mis anécdotas y nos tomamos fotos en los lugares turísticos intentando no llamar mucho la atención. Es difícil hacerlo con tres guardaespaldas siguiendo cada uno de los pasos que él, Key y Lee dan. Solo les han permitido salir a recorrer porque estoy yo de visita y me parece una mierda. Son adultos, creo que tendrían que poder hacer lo que les plazca. Entiendo el miedo de que Alex pierda la cabeza y los ataque, pero lo siento exagerado.
Nuestro día fue, en pocas palabras, extraño. Lo disfruté, sobre todos los momentos a solas, aunque cambiaría muchos aspectos como el hecho de que Octavio y los otros guardaespaldas nos recordaran cada cinco minutos que no podíamos alejarnos mucho. Me sentí como en la primaria cuando los maestros nos llevaban de excursión.
Ahora estamos preparándonos para el concierto en el que veré a mis padres y a mi hermana. La idea es ir a casa después, pero depende de si nos sentimos muy cansados, sobre todo papá que es quien debe conducir. Esta parte sí me emociona, aún a sabiendas de que Octavio tendrá que ir con nosotros. El muchacho me agrada y no tengo nada personal contra él, incluso les avisé a mis padres de su presencia por lo que le prepararán una cama para que pueda descansar. Creo que tan solo no puedo terminar de entender que mi novio es tan famoso y la falta de privacidad que eso supone.
Sacudo la cabeza intentando despejar mi mente y me concentro en mi reflejo difuso en el baño de la habitación. Colin está dándose una ducha y tengo una imagen asombrosa de su trasero y espalda. Ni siquiera necesito voltearme, el espejo hace su trabajo.
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Maldita dulzura
RomanceColin y Gwendolyn solo tiene una cosa en común: el amor al arte. Él, bajista de una banda en ascenso. Ella, pastelera en un negocio que va ganando renombre. Pese a su éxito personal, la vida no siempre les sonríe. Gwen tiene mala suerte en el amor. ...