COLIN
Leighton Stone es la representación de todo lo que odio de la fama. Diría que la odio a ella, pero sería darle más importancia de la que merece. Sí odio lo que representa, lo que escribe, lo que les asegura a los lectores de su blog amarillista, a los diarios y revistar que es verdad. Pero, sobre todo, odio que haya metido a una persona que nada tiene que ver en el ojo de la tormenta.
«La banda Curse comenzó el año compartiendo algo más que su música». El título parece inofensivo, solo otra nota sobre la fiesta y los invitados. Error. Lo que viene después es una mezcla de mentiras, asquerosidades y una imaginación perversa acompañado de una foto a lo lejos de Gwen y mía.
«Harley, Colin y Key parecen tener más de un interés en común y es que en la fiesta de Año Nuevo que dieron anoche en su pent-house de San Francisco, se los vio a los tres muy cariñosos con una muchacha. Una misma muchacha. ¿Tendremos un nuevo caso de poliamor en la élite de la música moderna? Los besos no mienten y todos los asistentes vieron que los tres músicos le dedicaron uno a esta misteriosa joven.».
—Col, respira.
—No quiero respirar, Key. Quiero asesinarla.
—Bienvenido al club —agrega Harley desde la barra con una taza de café en la mano—. Les dije que esa mujer es una arpía que se alimenta de la felicidad de las personas.
Antes creí que Harley exageraba, que Leighton no era tan despreciable y que él la consideraba su peor enemigo por los chismes que ha creado de él y por la invasión a su privacidad. Hoy estoy de acuerdo con él, no me agrada esa chica y no me agrada que la gente la siga.
—No puedo creer que haya metido a Gwen en esto —digo con enojo, siento que la sangre me hierve y los dedos me duelen de apretar los puños—. Una cosa es que escriba rumores sobre nosotros, sobre los miles de romances de Lee...
—Oye.
—Pero es muy distinto cuando escribe sobre alguien a quien no conoce —continúo—. A quien no conoce en absoluto y ha visto una sola vez. No sabe su nombre, quién es, qué hace ni cómo terminó en la fiesta, pero allí está la foto de Gwen en primera plana.
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Maldita dulzura
RomanceColin y Gwendolyn solo tiene una cosa en común: el amor al arte. Él, bajista de una banda en ascenso. Ella, pastelera en un negocio que va ganando renombre. Pese a su éxito personal, la vida no siempre les sonríe. Gwen tiene mala suerte en el amor. ...