Colin y Gwendolyn solo tiene una cosa en común: el amor al arte. Él, bajista de una banda en ascenso. Ella, pastelera en un negocio que va ganando renombre. Pese a su éxito personal, la vida no siempre les sonríe.
Gwen tiene mala suerte en el amor.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
COLIN
Harley ha decidido llevarme al aeropuerto y por «llevarme» me refiero a que se ha colado en mi Uber y no deja de sonreírme en el camino sin nada que decir de una manera desconcertante. La situación es rara en sí, pareciera que quisiera pedirme algo y a la vez que está aburrido. Además, para esta época ya debería haber desaparecido del mapa como cada año. Va a casa de su madre y es como si un OVNI se lo hubiese llevado a otro planeta; no atiende llamadas, sus mensajes parecen escritos por una máquina y no hay rastros de él por ningún lado.
Mi deber como amigo es apoyarlo sin molestar; sin embargo, nos estamos acercando al aeropuerto y no ha soltado ni una palabra.
—¿Debo preocuparme?
—¿Qué? —suelta sin comprender—. ¿Preocuparte por quién? ¿Por Gwen y su familia?
—Por ti.
—¿Por mí? ¿Por qué habrías de preocuparte por mí?
—Porque estás actuando raro.
—Claro que no —se defiende sin éxito—, solo estoy acompañando a mi amigo al aeropuerto.
—Y eso es raro, tú nunca haces estas cosas.
—Estoy cambiado, volviéndome más considerado.
—Sospechoso.
—Y puede que también venga a buscar algo al aeropuerto. —Se encoge de hombros—. Maté dos pájaros de un tiro.
—¿Qué es lo que vienes a buscar? —curioseo, nada molesto de que haya aprovechado mi viaje en Uber.
—A mi madre
Lo observo con sorpresa y es como si se empequeñeciera en su asiento. No es una conducta normal en él, Lee es la persona con más confianza sobre sí mismo que conozco, o al menos sabe aparentarla, y a veces resulta insoportable, pero ahora no es ese chico, ahora es como yo: tímido.
—¿Por qué vienes por tu madre? ¿No irás a Nueva York por Navidad como cada año?
—Hubo cambio de planes, seremos ella y yo nada más. La invité a pasar unos días en el departamento ya que ustedes se van.