Teen Wolf ~ One Shots

98. Chris Argent ~Special Edition~

Estabas escapando, no podías correr ya que de seguro te oiría y te encontraria enseguida, en el bosque, intentabas moverte sigilosamente entre los árboles. Estabas tratando de pasar inadvertida frente a las increíbles habilidades de Chris Argent, tratabas de oír sus pasos, pero la verdad el tenía tanta práctica cazando lobos que era más que sigiloso.

-Te escucho respirar- Escuchaste un grito de su parte, junto con el sonido de un arma siendo cargada.

-Mierda- Te decías a ti mismo, mirabas el árbol más próximo que tenías, si no querías ser descubierta necesitabas seguir moviéndote.

Tomaste toda la valentía que te quedaba y luego de mirar a todos lados lados, diste un paso al árbol, pero mientras lo hacías frente a ti aparecer la silueta de Argent, junto con el sonido de un disparo.

-Y así de fácil estarías muerta- Dice el, luego de que la bala pasará muy pegada a tu oído.

-Me rindo, no te puedo ganar- Le dices acercandote a el.

-No se trata de ganar, se trata de aprender para poder protegerte cuando estes en peligro- El dice mientras caminan a su camioneta, Argent pone sus armas en la parte de atrás y ambos se sientan en la maleta abierta.

-Que linda noche- Dices mirando las estrellas.

-Si, es preciosa, algo bueno de que tu y tu manada me tengan despiertos a esta hora- Se queja.

-Por favor, que hagamos esto a esta hora también es culpa tuya, los cazadores se sienten más seguros de sacar sus armas y para un lobo, bueno el entrenamiento de visión nocturna es bueno- Le recuerdas.

-Si, bueno, vamos por buen camino- Dice el refiriéndose a tus lecciones.

-Eso espero, siento que no avanzo nada.

-Yo si- Dudabas- El mes pasado nisiquiera podías caminar 10 centímetros sin hacer un horrible sonido porque pisaste algo.

Ambos ríen cuando recuerdan todo eso, estaban pasando mucho tiempo juntos últimamente, no sabías mucho, por lo que era importante para el y para la manada que aprendieras a protegerte.

-Por cierto, esa bala pasó demasiado cerca de mi cara- Le reclamas y el sonríe, pero le pegas un codazo a modo de reclamo- Hey, no te rías, lo digo de verdad.

-Por favor, lo calculé a la perfección, no critiques mis años de practica- Parecía sentirse ofendido mientras te miraba.

-Bueno, talvez pensaste en desquitar tu antigua ira por los lobos conmigo- Sabías que solo bromeabas con el.

-Sabes que jamás haría nada para hacerte daño- Susurra, pero se dio cuenta que lo oíste porque se volteó a mirar la nada.

-¿Qué?- Preguntas y tomas su rostro con una mano para hacer que obligadamente te mire.

-Nada- Mueve su cabeza para salir de tu agarre y se levanta de la camioneta para caminar un metro hacia adelante, dandote la espalda.

-Sabes que no dejaré ir esta conversación ¿verdad?- Te levantas y caminas hasta quedar frente a el.

-________, no deberíamos siquiera comenzar esta conversación- Esta vez te miraba directamente, como no siempre lo hacía.

-Si, si que deberíamos, es una conversación que siempre tratamos de evitar, tratamos de no hablar de sentimientos que tanto tu como yo hemos estado ocultando por un tiempo- En su cara notabas que estaba sufriendo al igual que tu.

Si bien su relación empezó estrictamente como maestro y aprendiz, a medida que las noches pasaban y las prácticas continuaban, Argent y tu empezaron a realmente disfrutar la compañía del otro, al principio sabías que estaba mal sentir algo por el, que tal vez no era correcto, tanto por la diferencia de edad como por el hecho de que eras amiga con su hija. Pero cuando empezaste a notar que se ponían nerviosos alrededor del otro, que siempre buscaban escusas para estar juntos supiste que ambos sentian lo mismo y dehecho creías que Allison también sentía que algo ocurría.

-No se que decirte, deberíamos irnos- El al parecer tenía toda la intención de irse pero lo detienes tomando su brazo y volviendo a dejarlo en su posición anterior.

-No, no nos vamos hasta que hablemos de esto- Pones tu mano en su pecho, acercandote a el.

-Eres muy joven- Esa parte la dice como si quisiera darte a entender que tienes mucho más, que hay muchos más.- Y yo soy demasiado viejo para ti, tenemos muchos años de diferencia.

-Soy mayor que todos los chicos.

-¿Por cuanto?¿5 años?- El te dice y tu no sabías que responder a eso, el tenía razón.

-La edad me da igual.

-A mi no- Reclama- Podría ser tu padre.

-Yo nunca te he visto como una figura paternal, ni autoritaria ni nada, tal vez para los chicos es así porque crecieron contigo, pero yo no, así que créeme esto no tiene nada malo, ni raro, a menos que tu quieras negarlo- Con esa última frase sabías que lo estabas presionando, pero si no era ahora, sabías que después buscaría excusas para alejarse.

-No, no puedo hacerlo- Comenta y sentiste como tu paciencia se deterioraba.

-Escuchame- Pusiste tus manos en su rostro- Yo tengo sentimientos por ti, crecen cada vez más ¿acaso tu no sientes lo mismo?- Sabías que hacías la pregunta del millón

El se quedó mirandote, veías como sus pupilas estaban dilatadas. Argent tomó tus manos y las unió, dejando un beso en una de las palmas.

-No puedo hacer esto- Solo esas cuatro palabras bastaron para que saliera una lágrima de tus ojos.

-Okey, esta bien Chris, pero que conste, esta era mi parte, este fue mi sacrificio, después de esto no esperes nada más de mi- Le dejas claro.

Sabías que tu forma de volver a casa era el auto de Chris pero eras demasiado orgullosa como para subirte con el, solo abriste la puerta del copiloto y tomaste tu bolso. Pero cuando estabas a punto de cerrar la puerta, Argent la cierra por ti, poniendo ambos brazos a los costados de tu cabeza, dejandote encerrada entre su cuerpo.

-Intenté lo más que pude de contenerme- Dice el muy cerca de tu cara, donde podías sentir su respiración y como su corazón se aceleraba.

-Jamas te pedí que lo hicieras.

Antes de que pudieras decir nada, Argent te besó,  de una manera muy pasional, fue fácil para ti seguir el beso, te tomó de la cintura acercandote a él, no podían estar más pegados ya que estabas apoyada en el auto. Tomaron un segundo para respirar y viste somo el sonreía, acto que tu copiaste para luego volver a lo suyo.