Mi Alpha, Mi Hombre

Bono 3

-...y si mejor hiciéramos algo diferente? - Se acerca a mí con intenciones de besarme, pero lo detengo cuando el niño viene corriendo hacia nosotros a enseñarnos sus juguetes. El niño de Ross y Isaac es un amor.

-No, tenemos a Nicholas aquí y solo tiene dos años Daniel, que urgido eres- le respondo a sus negras intensiones.

-Eso no es nada, es cuestión de dejarlo jugando aquí en la sala unos minutos y nos vamos a la cocina a hacer su tetero- pone su cara de calentón, entonces sé que es horade contra atacar.

-El niño ya comió, respeta y respétese. ¿Que pasara cuando tengamos nuestros propios hijos? - le lanzo, entonces veo como la cara le cambia de pronto.

-Me gustan los niños, pero no quiero tener hijos- No me sorprende lo que ha dicho, porque ya me lo ha dicho antes y eso me preocupa.

-Eso es un tema que tenemos que hablar. - Nos miramos unos instantes

-Eso es un tema que tenemos que discutir aun- el me mira con una sonrisa buscando que yo haga lo mismo, pero no puedo hacerlo. Me levanto del mueble donde se supone estamos monitoreando al bebe que se ríe solo... tomo mi celular para mensajear el grupo que tenemos Paige, Ross y yo.

Busco el nombre y sonrío porque Paige le ha cambiado el nombre al grupo y le ha puesto *MADELINE DILE A DANIEL!!* Abro el chat y escribo.

*Otra vez me lo dijo, y ni siquiera le he tocado el tema de fondo como el otro día* Escribo frustrada, y envío al mensaje. Inmediatamente mi mente se transporta aquel día...

Una semana antes...

Siento el agua caer sobre mi espalda, como también siento los besos es Daniel recorrer mi piel. Volteo para besarlo cuando me provoca y sonrío bajo el agua porque lo veo así, todo mojado y se me apetece aún más. Este hombre es precioso, su olor es perfecto, todo lo de el es perfecto. Pruebo sus labios y m saben a gloria, me besa tan tiernamente al principio, pero luego comienza a ponerse intenso...de nuevo. Tenemos que parar, lo reconozco, pero es que cada vez es mejor y más adictivo. Me besa, lo beso, nos besamos, nos encendemos. Me toca, me besa el cuello, me ocupo acariciarle a él también, pero la desconcentración llega a mi cuando siento un ligero mareo que hace que pierda el balance de mi cuerpo. Daniel instintivamente lo nota, y me sostiene. Entre cierro los ojos unos segundos, al volver abrirlos veo sus ojos desesperados y veo que mueve la boca como gritando, pero no pudo entender lo que dice. Es entonces cuando puedo escuchar su voz y lo escucho gritar mi nombre. El agua sigue cayendo sobre nosotros, siento como me rodea con los brazos de mejor manera y me carga para con cuidado sacarme de la bañera.

Siento como me recuesta en la cama y ahí es cuando el habla me sale...

-Cierra el agua, ¡que no se puede desperdiciar! - veo como me mira anonadado, y lo entiendo porque quizás no es momento. Niega con la cabeza, unos segundos y entonces me pregunta

-Estas bien? - logro asentir

-Cierra el agua- le repito. Vuelve a negar, entonces veo como lentamente comienza a enojarse.

-Es que acaso quieres volverme loco? Que carajos me importa el agua cuando tienes toda la semana así, casi te romper la cabeza el otro día sino no me doy cuenta a tiempo y mira hoy en la ducha que no sé qué hubiese pasado si no hubiese estado presente. Tienes que ir al médico- me dice, pero lo que él no sabe es que ya fui y ya sé que es lo que me pasa.

-Cierra el agua, que es malo desperdiciarla. - le repito intentando evadir el tema, una porque no estoy lista y otra porque sencillamente sé que él no está listo. Veo como refunfuñando se dirige al baño y dejo de escuchar la llave. Al venir de nuevo veo como se pone una toalla, para cubrirse lo que ya conozco. Soy una descarada, no me cubro, aunque es porque ni siquiera tengo ánimos de hacerlo.