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Todo estaba de maravilla. Experimentaba el sentimiento o mejor dicho el placer de ir de compras por primera vez a un centro comercial. Cuando mi madre aún vivía podía venir a comprar algunas cosas; no éramos pobres exactamente puesto que ella tenía un buen trabajo, podíamos sobrevivir. Pero después de su espantosa muerte, tuve que cohibirme de muchas cosas. Quede sola, con un niño de meses a mi cargo, sin saber qué hacer, sin nadie que me ayudara y solamente con los conocimientos que en aquel entonces me había brindado la escuela.

Al conseguir el empleo, lo primero que hice después de conseguir mi primer trabajo, además de dejar de cursar mi primer semestre en la universidad; fue irme de donde vivía porque no quería que me mandaran a un Foster y mucho menos que lo alejaran de mí, cuando era la única persona de mi familia que podía estar cerca de mi.

5 años después me he levantado y he logrado ser casi una fotógrafa profesional, Bueno... antes de que este neurótico llegara a mi vida; poniéndola de cabeza. Empezando por el pequeño detalle de que soy la mate de un hombre lobo, que dicho sea de paso, no tenía idea alguna de que podían existir.

Ahora estoy aquí, tomada de la mano de mi hombre y de mi pequeño hermano que ya está todo un hombre. Pasamos por muchas tiendas pero no lograba decidirme y no quería llevarme ropa que no me gustara, pue no quería mal gastar el dinero de Aáron. Luego de horas comprando ropa y de ver la cara de los chicos, Aáron nos llevó a comer un helado, hasta que un Señor gordo y bajo se acerca a nosotros para preguntarme que de donde nos conocíamos. En cuanto me preguntó eso, supe que iba a ver problemas. Al mirar Aáron y ver que su cuerpo estaba tenso y que desde el otro lado de la mesa, podía sentir la hostilidad que este desprendía. Me puse muy nerviosa porque efectivamente el señor se me hacía familiar, lo había visto antes mientras trabaja en aquel lugar; era un gordo asqueroso que solía sacar mucho la lengua en señal no sé de qué cosa. Solo sé que era asqueroso, y que todo los fines de semana tenía que verlo porque estaba allí siempre, como si fuera un trabajo fijo.

Intente hacerme la que no sabía nada. Pero al ver como se ponía Aáron me puse más y más nerviosa. Cuando vi que se levantó de la silla dispuesto a golpear el hombre entre en pánico; lo único que me vino a la mente fue ponerme delante de él de forma que si quisiera hacer algo se detenga porque tendría que pasar sobre mi. Sentí como mi alma volvía a su lugar cuando me percaté que el señor al fin se alejaba de nosotros.

Quise salir lo más rápido de ahí. Seguro que mi hermano no entendió nada de lo que pasaba o mejor dicho eso espero. Porque no quiero que se vea afectado con todo esto, es solo un niño de 5 años.
Ahora vamos saliendo del centro comercial. Intente ayudar Aáron con algunas bolsas llenas de ropa pero m hombre no ha querido porque según. Él puede con todo. Yo lo dejé tranquilo porque que puedo hacer yo con este cabeza dura...

Cuando al fin íbamos a salir escucho que alguien dice mi nombre. Mi corazón se acelera de inmediato; quise morir en el instante que reconocí su voz. Esto no podía estar pasándome a mí Justo ahora.
Volteo a mirar quién es que me llama, simplemente para confirmar mis sospechas. Mi corazón está desbocado y casi no puedo respirar; esto es lo último que creí que podría pasarme hoy, Justo ahora, en este lugar, con Aáron y mi hermano presente.

Es el, está aquí. Después de tanto tiempo sin verlo, vuelve. Después que sin ningún tipo de información se fue, abandonándome sin Ningún tipo de explicación.

- ¿Ashton?- pregunta nerviosa. Intentando creerme lo que ahora mismo me está pasando.

Sus ojos azules claros se funden en los míos. No sé qué pensar, no sé cómo reaccionar, no sé qué decir. El no pierde tiempo se acerca a mí a toda velocidad, acunándome en sus brazos. Vuelvo a sentir ese olor familiar y a la vez tan extraño que lo solía caracterizar, ese olor a menta con una mezcla de cigarrillo.
Siento como me aprieta más a él pero ya nada es como antes. Esa comodidad y ese amor que antes sentía por él ahora ya no lo siento.

Mi Alpha, Mi HombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora