El nacimiento de Arantxa había devuelto alegría a la vida; todo el embarazo se la pasó pensando que había hecho mal para que Bruno se alejara de esa manera tan brusca. Antes era un hombre tierno, preocupado y un celoso de primera. Ahora simplemente es un hombre seco que se limita a hablar lo suficiente con ella.El día que la orgullosa madre conoció a su hija, simplemente las miró a las dos importándole muy poco los sentimientos que la que se supone que ahora es su mujer tiene. No siente ningún tipo de de afecto por la recién nacida y apenas se ha acercado a Esteban, tratándolo un poco mejor porque es más grande y puede percibir ciertas cosas.
Lo único que siente por Paige es una atracción sexual que jamás había sentido por alguien y no la ha querido tomar por el simple hecho de que estaba embarazada y aunque todos creían y estaban totalmente seguros de que ese niña era de él, claramente sabía que era del Alpha al que le había robado la vida.
Ahora que ya había salido del embarazo y después de unos días, la hará suya y al fin logrará saciar su deseo con SU MUJER porque ahora era suya y nadie puede decir lo contrario.
Las hermanas habían traído ropa para Paige quien después de 3 días le han dado de acta. Rox y Madeline recogen todo el desorden que han hecho en el dormitorio mientras Paige le muestra a Esteban a su hermanita.
Se ha levantado de la cama, porque se sentía con suficiente fuerza para estar sobre sus pies, pues por culpa del parto había quedado totalmente agotada.-¿Podré jugar con ella cuando lleguemos a casa?- pregunta el niño emocionado a su madre.
-Mimor...está muy pequeña aún para jugar- le contesta Paige para que él entienda que aún no es tiempo de eso -Tendrás que esperar a que camine para que puedas correr con ella todo lo que quieras- le contesta con todo el amo del mundo, en busca de que no se sienta mal.
-Pero pensé que desde que naciera iba a poder jugar...- menciona triste.
Esto será difícil piensa Paige para ella.-Si pero está muy pequeña Mimor. Aún no camina, como lo haces tú y si juegas con ella como se que quieres jugar ella se lastimará ¿Y no queremos eso?- La cara triste del Niño le rompe el corazón a Paige. -Prometo que yo jugaré contigo cuando la niña duerma y podrás traer a tus amigos a casa- La cara triste que antes tenía se ha cambiado por una mejor.
-Bien, tú lo prometiste.- La señala Esteban. -Así que tendremos que hacer la promesa del dedito.-
Levanta su dedo meñique al aire pra que ella haga lo mismo.Paige sonríe al ver la inocencia de su hijo, complaciéndolo al instante.
-Ya podemos irnos.- dice Bruno mientras abre la puerta.
Sus miradas se conectan por unos segundos, pero el la aparta como si de algo horroso se tratara, rompiendo aún más el corazón de Paige, que aún guarda a esperanza de volver a tener la misma relación que recordaba tener. Junto al hombre al que ama y por supuesto al padr de sus ahora dos hijos.
Bajo la mirada de Paige toma los bultos y los saca del dormitorio, sin dirigirle la mirada a su mujer. Paige para esconder su tristeza de las hermanas que permanecen en la habitación se concentra en acomodar a la recien nacida que yace entre sus brazos.
-Ponte los zapatos Esteban, ya nos vamos.- le pide Rox al niño que le toquetea los dedos a su hermana.
-Si mimor. ¡Vamos a casa!- dice una entusiasmada Paige mientras mese a su hija entre sus brazos.
Con cuidado se levanta de su sitio.
-Si quieres te ayudo con la niña.- una risueña Rox se ofrece a ayudarla pero está de una vez niega con el rostro.
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Mi Alpha, Mi Hombre
Werewolf¿Qué pasaría si un loco del control y un espíritu libre se encuentran? ¿Qué tan difícil seria hacer que se acoplaran uno al otro entre sus agitadas vidas? para que luego de estar acostumbrados el uno al otro por razones ajenas a ellos deban alejarse...