22.

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Aáron


Parezco un maldito perro doméstico, entrenado para que Paige haga lo que se le de la gana conmigo. Me tiene en sus manos y no se da cuenta; yo tampoco sé lo voy a decir porque no soporto el hecho de que otra persona que no soy yo tenga el control sobre mí. Lo único que tiene que hacer es mirarme y ya me tiene como perro faldero haciendo lo que me pide.

'Como aceptar que viera al tal Daniel' gruñe mi lobo en mi cabeza. Tiene razón no soporto la idea de que los dos se vean en frente de mi.

Desde que le dije que estaba en un calabozo supe de inmediato que se iba a molestar y que iba a querer verlo, además de que también me pediría que lo sacara de ahí y eso no no estaba en mis planes. Sé que tiene otras intensiones con mi mujer y no permitiré que esté cerca de ella por mucho tiempo. Pienso matarlo con mis propias manos.

El aroma de mi hembra que está impregnado por todo mi cuarto hace que despierte de mi ensoñación y que por un momento me olvide de mis instintos asesinos.

Mi mirada está fija en un solo lugar hasta que siento algo o mejor dicho que alguien está en frente de mi. Desciendo mi mirada desde sus contorneadas piernas hasta su cabeza.

¡Es perfecta!

- ¿Podemos irnos?- me dice. Por un segundo no se lo que quiere decir pero ahora recuerdo que le dije que íbamos a desayunar o mejor dicho a almorzar porque es casi medio día.

-Si- nuestras miradas se cruzan y pues está mujer tiene algo que necesito tenerla pegada al mi todo el tiempo -Aunque si quieres...- le digo pícaro -Podemos quedarnos un rato más aquí...- la tomó de la mano arrastrándola, sentándola en mis piernas.

Sus ojos se ensanchan cuando terminó de insinuarle lo que quiero; Intenta pararse pero no la dejo, acercándola más a mi cara para tener acceso directo a sus deseables labios.

Ella abre la boca para refutar pero no la dejo hablar, la tomó del cuello con agilidad, acercándola mi, incrustando mis labios contra los suyos.

Me responde el beso de la misma forma fogosa con la que lo empecé. Lleva sus manos a mí cabello, enrollando mis dedos allí. Como me excita que haga eso.

Llevo mis manos hacía su abdomen ligeramente descubierto por la blusa que tiene; masajeo la zona suavemente. Puedo sentir como su cuerpo reacciona ante mi toque, mi corazón se hincha al sentir como el cuerpo de mi hembra reaccion a mi, solo a mí.

-Aáron- dice ella entre beso y beso pero no la dejo hablar. No quiero que esto se acabe. Se separa de mi dejando el beso al aire pero permanezco con los ojos cerrados. -¿Aáron?- abro los ojos, cruzando nuestras miradas en el acto.-Tengo hambre- dice haciendo puchero. -Me encantaría continuar con lo que estamos haciendo pero- comienza a moverse frotando nuestras partes haciendo que me excite más de lo que estoy-Tengo hambre y prometiste que me llevarías a ver a Esteban y Daniel- dice, arruinando el momento.

Se levanta haciéndome jadear.

- Ya se lo que dije- me levanto tomándole de las manos para salir del dormitorio.

Camino a toda velocidad llevándola a rastras . Tratando de llevar mis pasos porque le llevo como dos cabezas y mis piernas son más largas.
Solo quiero que coma rápido y que haga todo lo que quiere hacer a velocidad luz porque necesito tenerla.

Avanzó con ella hasta la cocina. Al entrar encuentro a Amelia la madre de Isaac y la ama de llaves de mi casa junto a su mate Alfred quien come en la mesa de servicio.

- Alfa- dice Alfred; dejando de comer se pone de pie ante mi presencia y la de mi mate, a quien tengo tomada de las manos detrás de mi.

-Alfred- asiento -Amelia- le digo a la madre de mi beta.

Mi Alpha, Mi HombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora