PaigeMe remuevo en la cama en busca de ese calor familiar que desde hace una semana me hace despertar cada mañana brindándome calma pero en vez de encontrar eso lo que encuentro es un lugar vacío. Llevo mismo hasta el lugar izquierdo de la cama pero está totalmente vacío.
Siento como alguien se acurruca a mi, miro asustada qué demonios encontrándome con la cabellera rubia de mi hermanito. Sonrío porque pensé que era algo de lo peor que estaba aquí pero me he equivocado a sobre manera.
Vuelvo a mirar hacía el lugar donde Aáron suele dormir pero no lo encuentro. Me levanto de la cama con cuidado de no despertar a Esteban y tratando de evitar que no se vea ninguna otra parte de mi cuerpo desnudo; me encamino hacía el baño pero Mi hombre tan poco está allí ¿Dónde está? Siempre está aquí conmigo.
Mi corazón se estruja porque es la primera vez que no lo veo al despertar. Se lo que ha pasado y sé que es un poco egoísta de mi parte porque debo de ser consciente de lo que está pasando con la manada pero últimamente no puedo evitar el deseo que me invade de estar todo el tiempo pegada a él.
Miro a mi hermano por última vez quien duerme como lirón.Hasta que estoy en el baño es que recuerdo que no tengo ropa en esta casa y que no sé qué demonios me pondré cuando salga del baño. Me siento sucia y no me quiero poner la ropa de ayer así que no sé qué demonios voy a hacer pero primero me bañaré, me refrescaré y pensaré LIMPIA lo que debo hacer.
Entro al baño, cierro la puerta con seguro evitando que Esteban entre sin avisar; conociendo lo inquieto que es y lo curioso que suele ser, es mejor prevenir que lamentar.
Me desprendo de la fina sabana blanca que rodea mi cuerpo cubriendo mi desnudez y entro a la ducha dejando caer sobre mi la lluvia artificial que hace que me relaje tanto. Cierro mis ojos para concentrarme y relajarme aún más. He estado sometida a mucho estrés estos días y he recibido una noticia que por alguna razón me tiene volando en el espacio.
Mi mente viaja al momento en el que Aáron me dijo que me ama haciendo que sus palabras se repitan en mi cabeza como eco. Tenía tanto tiempo que no escuchaba esa palabra que no supe como reaccionar y quizás sienta lo mismo por el por qué esto que siento en mi pecho cada vez que estoy cerca de él no es normal además de que siento que ha pasado muy poco tiempo para decirlo.
Quizás sienta miedo de aceptarlo por lo qué pasó la última vez que creí que me había enamorado. Hasta hace poco creí que había superado aquel amor y ahora está Aáron que hace que se me revuelva la cabeza y se me estruje el corazón con su presencia. Esto si se que es algo diferente, así lo siento y sé que lo es pero hay algo en mi que me dice que esto será diferente.
Cierro la ducha una vez me siento limpia, tomo la toalla. Seco todo mi cuerpo y luego la enrollo en mi cuerpo para que me cubra, luego tomo la toalla más pequeña envolviéndola en mi pelo que gotea.
Salgo a la habitación mirando a todas partes rogando que haya ropa que yo pueda ponerme pero no veo nada.
Me encamino al closet que está detrás de la cama. Al entrar, noto que este no es tan grande como el de la casa de Aáron; este es más pequeño. Tiene algunos abrigos en las perchas y uno que otro camisón que posiblemente sean de Aáron.
-Peor es nada - digo en voz alta solo para mí.
Cuando voy a tomar el camisón escucho que alguien toca la puerta. Detengo todos mis movimientos para escuchar con atención, no valla a hacer cosa de que mi mente me esté haciendo una mala jugada.
Escucho como vuelven a tocar nuevamente y se de sobra que no es Aáron porque el no es de los que tocan.
Me acerco con cautela a la puerta. Una vez frente a ella me decido a preguntar quién es.
-¿Quién es?- miro atrás viendo como mi hermano se remueve en la cama. Está a punto de despertarse.
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Mi Alpha, Mi Hombre
Werewolf¿Qué pasaría si un loco del control y un espíritu libre se encuentran? ¿Qué tan difícil seria hacer que se acoplaran uno al otro entre sus agitadas vidas? para que luego de estar acostumbrados el uno al otro por razones ajenas a ellos deban alejarse...