PaigeSoy la clara representación gráfica de los nervios y la confusión justo en estos momentos.
Por más que me repita una y otra vez a mi misma que todo está bien y que no ha pasado nada más que un simple beso sin ningún significado, lamentablemente es mentira. Estoy tratando de tragarme una mentira detrás de la otra como si eso fuera a liberarme de la culpa que siento en estos momentos por culpa de lo ocurrido.Lo peor de todo es que yo lo sabía, debí prevenirlo, debí de hacer algo en busca de evitarlo y que en este momento no esté ocurriendo lo de ahora.
Dejé a mi hermana abandonada en el parque mientras yo tomé el carro como una desquiciada mental, saliendo de allí a toda velocidad dejando a Aáron con la palabra en la boca.Es que no había nada que decir, las cosas están bastante claras NUNCA DEBIÓ DE SUCEDER y si en dado caso llegará a preguntarme a mi misma que fue todo eso no abría respuesta a esa pregunta que automáticamente se convertiría en una de mis preguntas existenciales.
Debería ir a casa donde se supone que debo de tener paz pero es una terrible idea porque lo último que tengo en ese lugar al que llama hogar es Paz; no lo digo por mis hijos, porque definitivamente son los que me dan la tranquilidad que necesito y lo último que debo hacer es ir con la cara roja como tomate a ver a mis hijos, porque Esteban no es nada estúpido y mi niña me pequeña no sabe nada.
Palabra de tres letras que se esfumó desde hace mucho tiempo; hasta que llegó Aáron distrayéndome, brindándome sus idioteces para alegrarme pero por culpa de esa maldita confianza de mierda a ocurrido lo peor.
¿Todo me tiene qué pasar a mi? ¿Qué hice mal?
Es que cualquier persona que escuche mi situación pensaría que me estoy ahogando un maldito vaso de agua pero es que ¡Por Dios! Se supone que Bruno es mi pareja de vida, la persona con la que debo estar, el padre de mis dos hijos, ósea el hombre que me ha dado todo lo que tengo.
Problemas tienen todos los matrimonios pero jamás debí de permitir que esto se pasara. Lo de Aáron trascendió. No puedo echarle toda la puta a él porque se muy bien que la que respondí muy gustosa fui yo pero el recordar que tenía mate o mejor dicho que tenemos mate definitivamente me mató por más raro que suene al decirlo.Sigo como loca, manejando hacia no sé dónde. Miro todo mi alrededor pero aún no logro ubicarme. A estas alturas no sé cómo demonios no he tenido un accidente automovilístico por lo rápido que voy.
A lo lejos escucho un teléfono sonar. Lo busco en el lado derecho en el asiento del copiloto. Miro la pantalla en busca de leer quien llama para rechazar la llamada de inmediato; pero cambio de opinión al ver que la llamada entrante pertenece a Madeline.
Respiro profundo y me apresuro a contestar, tratando de moderar un poco mi voz rasposa por tanto llorar.
-¿Qué pasa?- digo sonando apresurada.
-Eso te digo yo a ti. No me has llamado para contarme que ha pasado.- suena emocionada.
-Todo salió como lo esperábamos.- le contesto sin emoción.
He llorado tanto que no puedo ni respirar.
-¿Qué demonios te pasa?- me cuestiona.
-Di a luz hace apenas un mes y medio, mi cuerpo aún está pasando factura así que no dudes ni por un segundo que la brisa fría del parque me ha afectado.- no sé cómo demonios me inventé eso en tan poco tiempo.
-¡Mmmm! No suenas nada bien.- dice dudando de mi palabra. -Paige, otra llamada está entrando a mi celular espera unos segundos.- no me deja contestar que está bien...no quiero hablar con nadie al menos por una hora.
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Mi Alpha, Mi Hombre
Werewolf¿Qué pasaría si un loco del control y un espíritu libre se encuentran? ¿Qué tan difícil seria hacer que se acoplaran uno al otro entre sus agitadas vidas? para que luego de estar acostumbrados el uno al otro por razones ajenas a ellos deban alejarse...