AáronEstaba en espera de nuestros helados cuando volteo a mirar atrás en busca de Paige y me encuentro con la sorpresa de que Jessica estaba aquí, en el puto maldito parque donde estoy con Paige.
-¿Amor?- dice al mirarme.
Maldigo algunas mil veces más.
Estas cosas solo me pasan a mi.
Ya había tomado el puto helado que le había comprado a Paige y se lo estaba comiendo.
Yo no sé cómo carajos pasó todo esto.¿Cómo coño llegó aquí? ¿Me persiguió? Salí huyendo de la casa por ella, porque quería ver a Paige.
-¿Cómo llegaste aquí?- pago los helados.
Juro por Dios que ya se me quitó todo el apetito.
No sé qué coño me pasa.-Me preocupé cuando saliste de casa y decidí seguirte- dice de lo más casual.
-¿Me seguiste?- dice disfruta el helado que le compré a Paige x antes de contestarme. -¿Desde cuando me. Persigues? ¿Acaso no estoy lo suficientemente grandesito para saber a dónde voy? Eres mi mate, no mi madre.- a estas alturas estoy cabreadísimo.
La dejo sola comiendo el helado y me adelanto a caminar con la esperanza de que Paige no sé hay a ido...pero mis esperanzas se van desvaneciendo cuando pasan los minutos y no veo a nadie.
¡JODER! ¡JODER! ¡JODER! Se fue...se fue.
Miro a todos lados buscando a Paige pero se ha ido y estoy seguro que fue por la llegada de Jessica.Miro a Jessica detrás de mi. Juro por Dios que no sé qué coño me pasa al verla, ahora mismo siento una terrible necesidad de dejarla sola aquí y salir con Paige pero es incorrecto, todo está mal.
-Espero que sea a mí a quien busques.- prefiero ignorar lo que me ha dicho e ir hasta donde hay un señor sentado en el suelo en el parque. Todo sucio...tiende la mano ante todo aquel que le pasa por delante, en busca de alguna limosna supongo.
Seguro tiene hambre y yo ya no tengo apetito, así que mejor le doy el helado a él antes de que se desperdicie derritiéndose en mis manos.Me acerco a él y le tiendo el helado, con todo el cuidado.
El señor me mira dudoso pero aún así lo toma.
-¡Qué lo disfrute!- digo para luego alejarme.Cuando me acerco nuevamente a Jessica, la pregunta que hace me descompone y me hace verla desde otra perspectiva diferente.
-¿Por qué le haz dado el helado a ese andrajoso? Pudo contagiarte alguna enfermedad con su solo toque.- mis ojos han de parecer dos pelotas de basketball.
-¡Enserio, no puedo creer que dijiste eso!- No quiero discutir con ella. -¡No tienes corazón!- soy media vuelta y voy hasta mi carro.
De seguro ella vino en el suyo, por lo tanto no la espero y me voy hasta la casa a toda velocidad.
Al llegar a la casa respiro el aire "fresco" de mi hogar, pero lo que recibo es una enorme bolsa pesada de aire.
Me siento en el mueble de nuestra sala y cierro los ojos unos segundos para pensar, que coño haré con mi vida...
escucho la puerta abrirse y unos pasos acercarse a mi. Su aroma me lo dice; pero su aroma está algo cambiado.
No me deja si quiera analizar bien la situación porque de una vez la tengo encima de mi rodeándome con sus piernas.-¡Amor!- escucho que me llama. Por instinto abro los ojos y posiciono mis manos en su cintura. Su mirada azulada transmiten cierta inquietud en mí que prefiero ignorar. -¿Te enojaste por que te seguí?- me molesta su pregunta.

ESTÁS LEYENDO
Mi Alpha, Mi Hombre
Hombres Lobo¿Qué pasaría si un loco del control y un espíritu libre se encuentran? ¿Qué tan difícil seria hacer que se acoplaran uno al otro entre sus agitadas vidas? para que luego de estar acostumbrados el uno al otro por razones ajenas a ellos deban alejarse...