Bonus 2

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Aáron

Aáron, deja a la niña ser, por Dios...- Me grita mi mujer por millonésima vez cuando intento agarrar a mi hija que hoy cumple un año y medio.

Debo confesar que estoy un poco, bueno un poco no. Estoy MUY incómodo con el hecho de que mi hija se ande paseando con una súper mini extra-falda Jean diminuta con una blusa que le deja ver su panza llena de leche.
Sin contar que por el motivo del cumple mes de la pequeña Paige ha decidido que sería muy "cool" ponerse la misma ropa. No voy a negar que esa ropa le queda espectacular, pero joder como me emputa saber que está llamando la puta atención de todos los hombres de este jodido lugar.
Estamos en el área de juegos del hotel donde nos estamos quedando por una semana. Es nuestro primer día en este lugar y juro por el señor que ya me quiero ir de aquí. Luego de muchos viajes solo o con el pesado de Isaac, decidí que sería bueno traer a mi familia y en este viaje. Estoy ligando negocios, placer y familia, pero creo que es la peor decisión que he tomado hasta el momento porque ahora no me quiero separar de ellos para ir a resolver algunas cosas de las manadas.

Cuando al fin he alcanzado a Arantxa, que desde que me ha visto acercarme a ella decidió salir corriendo hasta unos tubos enormes por donde los niños se arrojan con peligro de que partirse todas las extremidades o de morir.

-Aáron, eso tiene dos escalones con colchones si se cae no le pasará nada. - ¿Qué parte de que protejo a mi hija y mi salud mental ella no ha entendido?

-Puede morir Paige. - le digo mirándola lleno de pánico. Acomodo a mi hija en mis brazos, pero ella no se relaja.

-Aádon- echa un grito al aire para que la baje mientras me llama por mi nombre una y otra vez.

-Se dice Papi, Arantxa. - acomodo como puedo su ropa para que no se le vea la piel.
Siento como Paige viene hacía mí, me quedo quieto mientras lo hace.

-Dámela. - extiende sus brazos hacia la bebé para que yo se la dé. En cuanto mi hija la ve se inclina hacia ella, para irse.

¡Me traicionas hija!

Entrecierro mis ojos mirando fulminante a mi mujer porque ya sé lo que hará, y no tarda en hacerlo. Me arrebata la niña de los brazos y la deja en el suelo.

-¡¡Esteban, ven!!- de pronto llama a Esteban, quien juega en los mismos endemoniados tubos.

- ¿Qué pasa Paige? - grita corriendo todo sudado mientras llega hasta nosotros.

-Lleva a tu hermana a jugar a dónde estás, y cuídala. Muéstrale a Aáron que eres grande y puedes cuidarla. - mi mujer le guiña el ojo, mientras Esteban sonríe en sus anchas mostrando que le faltan los primeros dientes que se le han ido ya.

-Sí, Paige. - asiente con entusiasmo y luego me mira a mí y también sonríe.

-Procura que no se le vea la carne a tu hermana mientras juegan; también que no se caiga ni se haga ningún rasguño ¡Ah! A ti tampoco te puede pasar nada. - a estas alturas ya el niño dejó de sonreír gracias a mis órdenes.

-Aáron tiene 6 años. Vayan, diviértanse. - le dice mi mujer.

Lo observamos irse con su hermana de mano, yo mientras tanto rezo por mis adentros para que a mi hija no le pase nada, ni porque ningún mocoso se le acerque con sus negras intensiones.

¡DEMONIOS AÁRON! Ya creo que estoy un poco loco, apenas son niños.
Me golpeo una y otra vez mentalmente.

-Te noto pensativo. - habla Paige primero, mientras se acerca a mí y me abraza el cuello haciendo que su corta blusa de mierda deje de cubrirle la parte de la espalda por su acción. Es por esto por lo que decido apegarla más a mi mientras miro a todos lados en busca de a quién debería matar si veo a alguien mirándola.

Mi Alpha, Mi HombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora