Junio 8

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Sin embargo, cuando aumentó su poder, Uzías se volvió arrogante, lo cual lo llevó a la desgracia.
2° Crónicas 26:16

Después de los trágicos eventos que pusieron fin al reinado del rey Amasías, Jerusalén quedó sumergida en un ambiente repleto de caos y desorden. No solo una sección importante de su muralla protectora estaba destruida, sino que el templo y también el palacio real habían sido vaciados de sus tesoros, e incluso algunos de sus habitantes fueron llevados a Israel como rehenes. En medio de toda esta situación, donde se esperaría que el pueblo eligiera un caudillo de entre ellos, un guerrero o político adecuado, el pueblo decidió seguir declarando su lealtad a la casa de David y tomaron a un adolescente para hacerlo rey sobre ellos, Uzías.

El joven rey sin embargo, demostró tener talento y estar a la altura del cargo. No sólo solucionó en poco tiempo los problemas que el reinado de su padre le había heredado, sino que organizó ingenieros que bajo sus órdenes lograron una invención completamente fuera de época: la catapulta.

De hecho, esta es la primera insinuación registrada en la historia de la humanidad de cualquier motor bélico diseñado para el ataque o la defensa de lugares sitiados; y este relato es mucho anterior a cualquier cosa que griegos o los romanos diseñaran porque este relato ocurre unos ochocientos años antes de la era cristiana. No es de extrañar que, como consecuencia de esto, su nombre se extendiera mucho más allá y aterrorizara a sus enemigos.

Sin embargo, la historia de los hombres ofrece de continuo un testimonio persistente de los peligros sutiles que crea la prosperidad

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Sin embargo, la historia de los hombres ofrece de continuo un testimonio persistente de los peligros sutiles que crea la prosperidad. Más hombres son azotados por el éxito que por la adversidad. La prosperidad siempre pone al alma en peligro de soberbia, en peligro de corazón enaltecido; y como el proverbista: el orgullo va siempre antes de la destrucción, y el espíritu altivo antes de la caída.

Uzías entró en el templo como un rey arrogante, y salió de ahí como un leproso humillado, condenado a permanecer así por el resto de su vida, como un recordatorio para todos nosotros de que si Dios se ha placido en proveernos de riquezas, influencia, popularidad y poder, debemos ser agradecidos y cuidarnos de la soberbia. Hoy, te invito a analizar tus prioridades, actitudes y dones recibidos. Recuerda dar a Dios el mérito por todo lo que posees y por todo lo que eres y has conseguido. Usa tus dones para agradarlo, no sea que creyendo haber alcanzado todo, caigas como el rey Uzías.

Tesoro de 2° de Reyes 14 y 2° de Crónicas 25:
Un verdadero Rey, cuida de no caer en la soberbia. 

📖Tesoros en la Biblia [Editando durante el 2022]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora