"Si aparece entre ustedes un profeta o visionario y les anuncia una señal o un prodigio, en caso de que se cumpla lo que les había anunciado y les diga: ¡Vamos y sigamos a otros dioses que ustedes no conocen; vamos a rendirles culto!, no le hagan caso. "
Deuteronomio 13:1-3
Hay falsos maestros de todo tipo: desde el líder sectario más desquiciado, hasta el evangelista de televisión más cautivante. Demasiados cristianos profesantes son engañados para que abracen ideas heréticas o apoyen movimientos espirituales peligrosos, algunos de los cuales incluso se hacen pasar por evangélicos. Siempre han habido charlatanes, esos supuestos "profetas" o "soñadores de sueños" que anuncian algún evento milagroso y luego, para sorpresa de todos, éste realmente ocurre.
Pero Dios aclara en el capítulo 13 de Deuteronomio, que ni siquiera el hecho de que haya sido real la predicción garantiza que esa persona sea íntegra y bien intencionada. Dios insta a su pueblo a que Ellos se fijen más bien en los hechos posteriores: "Si de pronto ellos dicen: "Ven, rindamos culto a otros dioses" —dioses que hasta entonces no conocías—"entonces esa era la evidencia que esa persona estaba extraviada y la orden de Dios para Israel fue absoluta: "No los escuches" Y además añade, "El SEÑOR tu Dios te está probando para ver si realmente lo amas con todo el corazón y con toda el alma." Lo que entendemos aquí es que esos momentos en que Israel sería tentado, para saber si estarían firmes o no, para revelar si amaban a Dios sinceramente o no.
Un problema común de todos los tiempos es la aparición de personas con malas intenciones, agendas ocultas, e incluso que se autonombran "profetas" o "videntes" o el mismo Mesías. Hoy, también tenemos que enfrentar a estas personas y estar alertas de sus influencias nocivas para nuestra fe, y El principio bíblico de enfocarnos en las acciones no solo en las palabras, va a ayudarnos en ese objetivo. Dios advirtió a los israelitas que se fijaran en los hechos de esos supuestos "profetas", ni siquiera si sus predicciones eran ciertas o no. Hoy en día hay muchas doctrinas peligrosas que contradicen al evangelio. Algunas argumentan que el evangelio es confiar en Dios para traernos prosperidad material, otras sugieren que es posible aceptar a Jesús como tu Salvador sin hacer caso a su derecho al señorío sobre tu vida. Algunos creen que el cristianismo se reduce a servir a los demás o luchar por la justicia social, y no hay duda de que son buenas cosas, pero dicen poco sobre el pecado, el juicio o la expiación. Las doctrinas peligrosas son de todo tipo, pero tienen su denominador común: agregan, restan, multiplican o dividen el evangelio.
Cuando alguien a nuestro alrededor nos quiere incitar, ya sea en público o en secreto, a la rebelión o a la desviación doctrinal, ¡no seamos ingenuos! No escuchemos solo las palabras bonitas, seductoras y hasta con apariencia de justas de su mensaje. ¡Fijémonos en los hechos! Si detectamos mentiras, deshonestidad, conductas groseras y no amorosas hacia los creyentes, faltas de respeto, amargura, etc., ¿qué significa? Un árbol echado a perder que da frutos malos aunque por fuera intente dar otra apariencia. Si a pesar de los hechos que no concuerdan con las Escrituras decidimos escucharlos, ¡seremos responsables delante de Dios de nuestras decisiones! Ya nos lo advirtió en la Biblia, pero eso no lo sabremos, sino las leemos.
Tesoro de Deuteronomio 11-13
Recordar siempre cuáles son las verdaderas doctrinas nos salva de errar
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📖Tesoros en la Biblia [Editando durante el 2022]
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