📖Tesoros en la Biblia [Editando durante el 2022]

Febrero 26

Y cuando entraba Moisés en el tabernáculo de reunión, para hablar con Dios, oía la voz que le hablaba de encima del propiciatorio que estaba sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines.
Números 7:89

El capítulo 7 del libro de números, es el segundo capítulo más largo de la Biblia  y se centra en las ofrendas que los príncipes de Israel dieron al tabernáculo.
Si bien puede volverse un poco monótono dadas las repeticiones, aún así quiero resaltar algunos detalles que me parecieron interesantes: 

Parece que El espíritu Santo decidió que sería bueno registrar minuciosamente las ofrendas de cada uno delos príncipes al punto de que incluso se menciona que le ofrecieron una cuchara llena de incienso, pero ¿Porqué? ¿Qué significan, pues, todos estos detalles para nosotros?

 Ciertamente, Hay mucha gente que dice trabajar para Dios como buenos mayordomos y que se envuelven en palabras, jactándose de que hacen maravillas con tal de ver cumplida la misión que Dios le encomendó a su iglesia...  cuando en realidad, sus manos hacen muy poco para el Señor. Dar a los demás sin amarlos es sencillo. Predicar un mensaje que a ti no te ha impactado, es fácil. Decir que ayudas a los demás, cuando en realidad sólo les das de lo que te sobra, no es complicado... pero todo haríamos bien en recordar la gran verdad que este capítulo registra: El Señor registra cuidadosa y minuciosamente, todo lo que uno hace para El.

Nunca has hecho algo por Dios, que Él no haya observado. Nunca has pasado por una prueba, un dolor o un sinsabor que Él no haya registrado. Tu trabajo, todo el servicio realizado para Él, por muy humilde que haya sido, o que quizá haya pasado desapercibido para los demás, de todo eso hay registro en los cielos. En la mayoría de los casos, cierto, nunca vas a recibir un reconocimiento público ni una recompensa humana, Pero ten la seguridad de que Dios recompensará tu fidelidad un día: Lo que has hecho en secreto, el día en que Jesús vuelva en gloria, te recompensará en público. Pero antes que vivir esperando una recompensa, vive para llevar a otros la esperanza de que el reino de los cielos pronto llegará aquí a la tierra. 

Lo más hermoso de este capítulo, es que al terminar de levantar el tabernáculo, Moisés entró y escuchó la voz de Dios desde encima del propiciatorio del arca.  La mención de la voz de Dios aquí cumple la promesa divina, confirmando que Dios estaría en medio del pueblo.
Dios se complació en las ofrendas del pueblo y aceptó el tabernáculo, el producto del trabajo y de las ofrendas, como su morada en la tierra. El santuario llegó a ser la "tienda de reunión", el lugar donde Dios se podía reunir con Moisés, el líder de su pueblo y platicar con su querido amigo humano. 

Recuerda: Dios lleva registro de todo lo que le ofrendas. De todas tus acciones como mayordomo y espera que le seas fiel, incluso si sólo se trata de una pequeña cuchara de incienso. 

Tesoro de Números 7:
La Lealtad a Dios se refleja en pequeños detalles.