De esta manera, todos los ancianos de Israel fueron y hablaron con el rey David en Hebrón, y él hizo un pacto con ellos, poniendo al Señor por testigo. Entonces ellos consagraron a David como rey de Israel. (2º de Samuel 5:3 DHH)
Hebrón se hallaba a medio camino entre esa Beerseba y Jebús, la ciudad que en cuestión de meses sería llamada Jerusalén, la capital del reino de David. Originalmente, a Hebrón se la llamaba Kiriat-Arba, "ciudad de Arba", padre de Anac, sí, el famoso Anac que tuvo por hijos varios gigantes que dominaban sobre Canaán en tiempos de Moisés. Más tarde, la ciudad fue llamada Mamré y, como recordarás, era el sitio donde estaban sepultados la mayoría de los patriarcas, en "la cueva de Macpela". Hebrón había sido posesión del valiente Caleb, y era ahora la principal ciudad enJudá, algo así como una capital espiritual. Estaba situada en un valle rodeado de fértiles colinas y tierras fructíferas; los viñedos más hermosos de Palestina se encontraban en sus linderos, así como también muchos olivares y plantaciones de árboles frutales.
En ese espléndido marco, uno lleno de gratos recuerdos del pasado y la promesa del un futuro glorioso, fue que David, acompañado por más de ocho mil sacerdotes y levitas llegó para ser coronado rey. El cambio que experimentaron los sentimientos del pueblo fue pronunciado y decisivo, sin embargo, llama la atención que la trancisión de poderes, la "revolución davidiana" se llevó a cabo con calma y dignidad: Cerca de medio millón de los antiguos súbditos de Saúl llenaron Hebrón y sus inmediaciones: las colinas y los valles rebosaban de multitudes. Se designó la hora para la coronación; el hombre que había sido expulsado de la corte de Saúl, que había huido a las montañas, las colinas y las cuevas de la tierra para salvar la vida iba a recibir el honor más alto que puedan conferir a hombre alguno sus semejantes. Los sacerdotes y los ancianos, vestidos con los hábitos de su sagrado oficio, los capitanes y los soldados con relumbrantes lanzas y yelmos, y los forasteros de lejanas comarcas, estaban allí para presenciar la coronación del rey escogido.
Y Cuando David estaba vestido con el manto real, el sumo sacerdote derramó el aceite sagrado sobre su frente, pues la unción hecha por Samuel había sido sólo una profecía de lo que sucedería en la coronación del rey. La hora había llegado, y por este rito solemne David fue consagrado en su cargo como vicegerente de Dios. El cetro fue puesto en sus manos. Se escribió el pacto de su justa soberanía, y el pueblo formuló sus promesas de lealtad. Se le colocó la diadema en la frente, y así terminó la ceremonia de la coronación. Israel tenía ahora un rey designado por Dios. El que había esperado pacientemente al Señor, vio cumplirse la promesa de Dios. "E iba David adelantando y engrandeciéndose, y Jehová Dios de los ejércitos estaba con él". PP 687.1 EGW
David fue ungido por Samuel como rey, cuando tenía 17 años de edad, y fue coronado como rey de todo Israel cuando tenía 30 años. En esos 13 años de espera, tuvo que soportar persecuciones, hambre, acusaciones falsas, pero también desarrolló una fe plena en la dirección divina, así que, aunque pueda parecer que Dios te ha olvidado recuerda a David: En medio de las pruebas siguió fiel a Dios y obtuvo lo prometido.
Tesoro de 2º Samuel 5 y 1º de Crónicas 11 y 12:
Dios es nuestro Rey y aunque parezca que hay demora, sus tiempos son perfectos.
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📖Tesoros en la Biblia [Editando durante el 2022]
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