Julio 5

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Los hechos de Joás fueron rectos a los ojos del Señor, porque lo había educado Joiadá, el sacerdote.

2° Reyes 12:2

Vástago, Así le llaman a la vara que afirma la rectitud del crecimiento de un árbol joven. Sin el vástago, el arbolito estaría sujeto a las veleidades del viento o de sus propias debilidades. La diferencia entre un buen vástago bien derecho y firme y otro endeble y torcido está en la dignidad final que el árbol tomará con los años. Puede convertirse en un árbol esbelto, recto y robusto, o ser más bien un espantajo torcido lleno de hojas y ramas, digno de una película de terror de tercera categoría.

Todos aquellos que desarrollamos una función formadora sobre otros sabemos que la única manera de instruir eficazmente es manteniéndonos tan firmes como un buen vástago. Sin embargo, el gran peligro de la sobre-firmeza es ahogar el crecimiento cuando nuestra participación en la vida de una persona elimina su iniciativa, creatividad y su capacidad de juicio.

El caso de Joás y Joiada es muy interesante. Este sacerdote judío era el tutor y defensor del pequeño rey. Él se enfrentó y venció a la despótica Atalía, devolviéndoles el reino a los descendientes de David. Mientras Joás crecía, él asumió la labor de gobernador-protector de Judá, consejero principal y tutor personal del joven rey. Lo lamentable es que hizo más de la cuenta, hasta el punto de encargarse de la selección de sus esposas y muchas otras cosas más que hicieron que Joás no alcanzase un carácter maduro con el paso del tiempo. El rey se convirtió en en un Joiada-dependiente.

Como en toda historia humana, el bueno de Joiada tenía que morir, y el rey no había llegado a madurar lo suficiente como para haber aprendido a tomar sus propias decisiones con sabiduría, juicio y discernimiento

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Como en toda historia humana, el bueno de Joiada tenía que morir, y el rey no había llegado a madurar lo suficiente como para haber aprendido a tomar sus propias decisiones con sabiduría, juicio y discernimiento. Era como cuando Pepe Grillo perdió de vista a Pinocho y éste terminó perdido y complicándose la vida. Una conciencia externa difícilmente cumplirá bien sus funciones. No bastaba con hacer las cosas bien para que Joás quede bien o no se meta en líos, había que enseñarle a que él también las haga bien. Como dice el dicho: "No basta con regalar pescados... es mejor enseñar a pescar".

¿Cómo poder saber que estamos educando correctamente las conciencias de los que nos siguen? Pues cuando podemos ver que ellos pueden tomar decisiones sensatas y satisfactorias que los llevan a vivir vidas plenas y realizadas. Una conciencia fuerte y educada es mejor que proveer un guardaespaldas experto en artes marciales o una chaperona victoriana en la primera cita de una adolescente. No hay nada mejor que una conciencia que puede responder rápida y adecuadamente sin importar cuán cerca o cuán lejos esté del peligro. ¡Que tu vástago sea siempre Dios! ¡Entrena desde ya esa conciencia para que aprenda a servir sólo al Dios verdadero!

Tesoro de 2° de Reyes 12-13 y 2° de Crónicas 24:

Hacer lo recto ante los ojos de Dios es tener una conciencia autónoma que le rinda homenaje sólo a Él

📖Tesoros en la Biblia [Editando durante el 2022]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora