Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.
1º Samuel 13:13
Israel había pedido un Rey a Jehová porque querían ser como las demás naciones (1º Samuel 8:5) y Dios constituyó a Saúl como Rey de Israel. A pesar de que Saúl iba a ocupar este puesto tan importante, esto no quería decir que Saúl podía hacer con Israel como quisiera, sino que se tenía que someter a la palabra de Jehová. Saúl fue llamado por Dios para ocupar su lugar en la dirección de Israel como reino. El privilegio que ostentó Saúl fue considerable, pero no supo estar a la altura de su llamamiento, sino que muy desde el principio de su reinado, hizo lo malo delante de Dios.
El diccionario define el acto de rebelarse como: "Levantarse faltando a la obediencia debida a un superior o a la autoridad legítima". En este caso a Dios, y a lo establecido por Él. También lo define como: "Oponer resistencia". La rebelión de Saúl contra Dios, fue su manera esencial de vivir. El opuso resistencia a la guía del Espíritu Santo, Saúl buscó primeramente lo suyo, antes que lo de Dios, muy a diferencia de David, que vivía para agradar a Dios. Saúl buscó en el ser rey, todo lo que le favorecía.
Las ofrendas de los sacrificios no tenían en sí mismas valor alguno a los ojos de Dios. Estaban destinadas a expresar, por parte del que las ofrecía, arrepentimiento del pecado y fe en Cristo, y a prometer obediencia futura a la ley de Dios. Pero sin arrepentimiento, ni fe ni un corazón obediente, las ofrendas no tenían valor. Cuando, violando directamente el mandamiento de Dios, Saúl se propuso presentar en sacrificio lo que Dios había dispuesto que fuese destruído, despreció abiertamente la autoridad divina. El sacrificio hubiera sido un insulto para el Cielo. No obstante conocer el relato del pecado de Saúl y sus resultados, ¡cuántos siguen una conducta parecida! Mientras se niegan a creer y obedecer algún mandamiento del Señor, perseveran en ofrecer a Dios sus servicios religiosos formales. No responde el Espíritu de Dios a tal servicio. Por celosos que sean los hombres en su observancia de las ceremonias religiosas, el Señor no las puede aceptar si ellos persisten en violar deliberadamente uno de sus mandamientos.
Tesoro de 1° de Samuel 4-8:
Estar de parte de Dios es obedecer antes de sacrificar
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📖Tesoros en la Biblia [Editando durante el 2022]
Espiritual¿Te has propuesto leer la Biblia todo el año? 📖 Pues entonces este Libro es para ti. Cada día del año vamos a reflexionar en la historia de algún personaje Bíblico, siguiendo el plan de Lectura Cronológico durante este 2022, súmate e intentem...