Febrero 22

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"Éstos son los mandamientos que el Señor dio a Moisés para los israelitas, en el monte Sinaí."

Levítico 27:34

Luego de recordarles las bendiciones y consecuencias de la tanto de desobediencia como de la obediencia, a Los israelitas se les requirió que dieran o consagraran ciertas cosas al Señor y a su servicio: los primeros frutos de sus cosechas, los animales primogénitos, los hijos primogénitos, el diezmo de su ganancia. Y como Muchos deseaban ir más allá y consagrarse ellos mismos o consagrar a otro miembro de la familia, animales adicionales, una casa o un campo a Dios, también se dio una serie de reglas para ello, En estos casos, era posible donar dinero en lugar de una persona real, un animal o una propiedad.

Es interesante notar cómo el libro entero impone, por medio de los mandatos divinos, el asunto de la consagración en una amplia gama de cosas de la vida cotidiana, mientras que el capítulo final, sirve de guía para las personas que voluntariamente quisieran consagrar a Dios alguna cosa. Por supuesto, Dios sabía que algunas personas harían votos impulsivos o poco realistas. A fin de instar al naciente pueblo de Israel a reflexionar antes de pactar una consagración, se imponía una penalidad del veinte por ciento a aquellas cosas que eran vueltas a comprar con dinero. Este capítulo explica cómo fijar valores y qué hacer si un donante luego deseaba volver a comprar aquello que había donado a Dios.

 El Altísimo quería que el pueblo llegara al punto donde confesara sus pecados, reconociera su culpabilidad y su estado espiritual, y su obstinado corazón fuera humillado totalmente. Dios amaba a su pueblo y por eso estaba dispuesto a disciplinarlo, para que corrigiera su camino y su corazón y regresara a la fidelidad que se esperaba de ellos.

Jesús, el hijo del Dios vivo, Representado en las ofrendas y sacrificios, En las fiestas de los judíos como la Pascua, el día de la Expiación y en especial en la persona y deberes del Sumo Sacerdote, nos llama en este libro a la santidad vez tras vez. ¿Quién está llamado a la santidad? Todo hombre, toda mujer y todo niño de toda época, en todo estado de vida, condición, grado de talento y profesión ¡Tú estás llamado a la santidad! ¿Por qué? ¡Porque Dios te ama! Tú eres precioso para Él, Tú le perteneces a Él, Él te amó antes de que existiera el tiempo, Él es tu Padre, y lo más importante: Tú lo necesitas.

Tesoro de Levítico 26-27:
Debemos adorar a Dios porque Jesús es nuestro Sumo Sacerdote y nos salvó

📖Tesoros en la Biblia [Editando durante el 2022]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora