El Verbo se hizo carne
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan 1:14 (RVR60)
La encarnación es la doctrina clave de la cristiandad, la doctrina central de la fe cristiana. Sin ella todo el canon de la Escritura se convierte en un documento sin sentido; una tontería. Aun así, muchos cristianos a través de los siglos han tenido dificultad para aceptar la idea de la encarnación. Algunos, como los gnósticos, no pudieron aceptar la humanidad real de Jesús. Otros como los ebionitas (un grupo primitivo de cristianos judíos), no pudieron aceptar la divinidad real del Salvador. El amargo e intenso debate inicial y la controversia que surgió de estas comprensiones conflictivas de Cristo, duró 300 años, hasta el Concilio de Nicea en el año 325 d.C. Los delegados a ese concilio, representando a toda la cristiandad, finalmente llegaron a un acuerdo en cuanto a la divinidad y humanidad de Cristo con este credo: "Creemos en un Dios, el Padre Todopoderoso... y en un Señor, Jesucristo... unigénito, no creado, de la misma sustancia que el Padre, a través de quien todas las cosas llegaron a la existencia..."
"Quien a causa de nosotros los hombres, y a causa de nuestra salvación descendió y se encarnó, llegando a ser hombre, sufrió y resucitó al tercer día, ascendió a los cielos, y vendrá a juzgar a vivos y a muertos".
Pero eso no resolvió del todo la pregunta: Si Cristo fue tanto hombre como Dios, entonces ¿cómo estaban combinadas la humanidad y la divinidad en una sola persona? ¿Cómo se relacionaban? ¿Era un esquizofrénico? ¿Era una sola persona, o dos personas?Era una asunto de inmensa complejidad teológica, y ocupó la atención de teólogos y filósofos por otros 125 años, hasta que se definió en el Concilio de Calcedonia en el 451 d.C. con otra declaración que, esta vez intentó cerrar toda evasiva y encontrar un camino a través de todas las dificultades teológicas que habían engañado a muchos a lo largo de los siglos:
"Entonces, siguiendo a los santos padres (es decir, los apóstoles, los primeros padres de la iglesia), todos nosotros con una voz enseñamos[...] que nuestro Señor Jesucristo es uno y el mismo Dios, el mismo perfecto en la divinidad, el mismo perfecto en la humanidad, verdadero Dios, verdadero hombre, en todas las cosas como nosotros, exceptuando sólo el pecado... uno y el mismo Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, dado a conocer en dos naturalezas (que existen) sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación, la diferencia de naturalezas de ninguna manera habiendo sido hechas a un lado a causa de la unión, pero en cambio las propiedades de cada una preservadas, y (ambas) concurriendo en una persona no partidas o divididas en dos personas sino uno y el mismo Hijo unigénito, el Logos divino, el Señor Jesucristo".
Jesús Tomó sobre sí la naturaleza humana en un nacimineto milagroso (como lo explica Lucas 1:35), y fue tentado en todo sentido como es tentada la naturaleza humana. Podría haber pecado; podría haber caído, pero en ningún momento hubo en él tendencia alguna al mal. Cristo Jesús vino como un ser humano real. Un ser humano en cada sentido esencial de la palabra. Uno con nosotros. Pero no uno de nosotros. "En todas las cosas como nosotros, excepto sólo el pecado [experimentado y heredado]", para ser nuestro Salvador y Ejemplo.
Y en realidad, ¿qué necesitábamos más? ¿Un ejemplo? ¿O un Salvador? Para mí, un Salvador. Doy gracias a Dios con todo mi corazón por enviarlo como mi ejemplo, ¡pero agradezco aún más a Dios por enviarlo como mi Salvador!
[RAL]TESORO DE JUAN 1:1-18 y LUCAS 1:
Jesús es nuestro ejemplo, pero sobre todo ¡Nuestro salvador!
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📖Tesoros en la Biblia [Editando durante el 2022]
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