Febrero 20

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"Cuando presentes una ofrenda de acción de gracias al Señor, hazla de tal manera que sea bien recibida."
Levítico 22:29

La santidad es una cosa seria y dado que se debe a extender a cada parte de nuestra vida, toda la segunda parte del libro de Levítico (desde el capítulo 17) toma parte activa en mostrarnos cómo, cuándo y por qué debemos vivir una vida santa y sin tacha.
Los versículos del capítulo veintidós tratan con el tema de la santidad con la que el pueblo debería dar sus ofrendas. Lo presentado a Dios debería ser sin defectos y sin desobedecer las reglamentaciones para los sacrificios que Dios ya les había dado. Para Dios no era cosa ligera tampoco que un israelita tratara de forma descuidada la presentación de las ofrendas, como lo demuestra lo dicho en los últimos dos versículos del capítulo: "Debes guardar fielmente todos mis mandatos poniéndolos en práctica, porque yo soy el SEÑOR. No deshonres mi santo nombre, porque demostraré mi santidad entre el pueblo de Israel. Yo soy el SEÑOR quien te hace santo." Se esperaba fidelidad total y un cuidado profundo en no deshonrar el nombre de Dios haciendo las cosas diferentes a como Él las pidió.

Es una cosa interesante que a diferencia de los tratados religiosos y sociales de culturas antiguas contemporáneas a Israel, respecto a las ofrendas, la Biblia nos presenta muchas consideraciones especiales hechas a  los más necesitados,  los meno...

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Es una cosa interesante que a diferencia de los tratados religiosos y sociales de culturas antiguas contemporáneas a Israel, respecto a las ofrendas, la Biblia nos presenta muchas consideraciones especiales hechas a los más necesitados, los menos favorecidos, a los indefensos e incluso a los mismos animales, todo porque Dios se preocupa de todos por igual. Su Amor en el Antiguo testamento es el mismo que vino a comunicarnos Jesucristo.

El ser santos no es una opción que tenemos los cristianos, la santidad es una orden de parte de Dios. Pero si nosotros debemos ser santos nuestras ofrendas o sacrificios también deben ser santas, ya sean ofrendas de económicas o espirituales. Ya sea un canto, una predicación, un poema, monedas o billetes, debemos asegurarnos de que todo el servicio que le ofrezcamos a Dios sea para honrar su nombre y levantar su santidad por encima de cualquier interés personal. Vayamos por encima de la mediocridad y las cosas mal hechas, porque Dios es santo y merece nuestro mejor servicio. Ofrendar es ofrecer, dar y para esto debemos tener en cuenta qué ofrecemos, cómo lo ofrecemos y para qué es que lo ofrecemos. A través de la Adoración, de la Alabanza y el servicio, podemos dar ofrendas a nuestro Dios, estas ofrendas tienen que ser las mejores al igual que lo eran las ofrendas y sacrificios de animales en la antigüedad.

Tesoro de Levítico 22-23:

Debemos adorar a Dios presentando ofrendas santas.

📖Tesoros en la Biblia [Editando durante el 2022]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora