•Capítulo 20•

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ERES MÁS•

LISSA

—Sube. —es lo que dice una vez llegó a su lado.

—No, hablaremos aquí. —le digo con enojo.

—Necesito privacidad. —dice el como si fuera algo normal.

—¿Que es lo que quieres? —pregunto exagerada.

—Ada, sube al auto. —lo miro mal, pero subo cuando me habré la puerta del copiloto, el da la vuelta para subir.

Pone el coche en marcha para adentrarse a la autopista 20 minutos más tarde, llegamos a un parque, es hermoso, muy colorido, tiene muchus árboles y flores, es un ambiente agradable donde puedes respirar paz. Cuando estaciona, nos bajamos para sentarnos en una de las bancas, debajo de un árbol.

El me mira con intensidad, yo por mi parte estoy toda nerviosa sin saber que decir o hacer, algo poco usual en mi. Además no tengo la menor idea de lo que va a decirme y eso me tiene peor.

—Mírame. —me pide después de unos minutos en silencio, cuando volteo a mirarlo tiene una mirada intensa, como si quisiera decir todo con solo mirarme. —Eres más. —dice de repente, dejándome confundida.

—¿Que? —pregunto, porque no entiendo nada, el no dice nada, sólo me agarra del mentón para que lo mire, miestras pasa su dedo pulgar por mi labio inferior. —¿Que haces? —digo en medio de mi perplejidad.

—Quiero conocerte. —dice— Quiero que seas algo más.

—Darel... —su nombre se escucha como un susurro en mis labios.

—Me interesas Ada. —dice más cerca de mi rostro— Y estoy seguro que te has dado cuenta de eso.

Por un momento me pierdo en el gris de su mirada sin saber que decir, carraspeo encontrando mi voz.

—Que es lo que quieres. —pregunto alejándome de el, su cercanía me pone de los nervios.

—Ya te lo dije, soy un hombre directo, —me mira fijamente por un instante— Voy por lo que quiero sin importar que.

—No se que decir. —es lo que digo, y el gruñe— No me espere eso, la verdad.

—¿Que esperabas? —me pregunta, cuando ve que desvío la mirada, lo entiende— No soy un hijo de puta Ada, tampoco un mujeriego eso te lo puedo asegurar, si estoy con una mujer es porque le hablo claro desde el principio. —pone un mechón de mi cabello tras mi oreja, siento que me vuelvo gelatina con su toque— Tampoco soy un hombre de palabras bonitas, pero soy directo y te digo que me gustas.

—No puedo decir que te quiero, O tenga un sentimiento mucho más profundo —prosigue cuando no digo nada. —Pero si qué me gustas y no para que seamos amigos. —mi corazón se acelera cuando dice eso, no se que pensar, el me tiene hecha un manojo de nervios y ansiedad que no me permite hablar mucho menos pensar.

Lo miro por un segundo, nunca pensé que el idiota de Darel diría algo así, no pueden juzgarme si pensé que el era del tipo que iba por el mundo follando y tratando mal a las mujeres, —aunque esto último no tanto— pero veo que estaba muy equivocada.

—Yo... —comienzo pero no puedo hablar, tengo mil nudos en el estómago que no me permiten decir ni una palabra.

—Di algo, —dice un poco nervioso— Joder, te quedaste en shock Ada. —dice ahora preocupado.

—No, —digo recuperando mi voz.— Lo que acabas de decir, definitivamente no me lo esperaba, y lo siento si te juzgue mal sin conocerte, no es algo común en mi. —hago una mueca— No te daré ninguna respuesta, mejor dejemos que todo fluya como deba de fluir, —sigo— también me gustaría conocerte.

Corazón de Cristal #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora