•Capítulo 35•

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•DESCUBIERTO•

LISSA

Miro el retrato que creé y sonrió, hace un mes que las clases empezaron, todo a sido tranquilo, ahora con Willian aquí estoy todavía más feliz.

Cuando me dijo en año nuevo que vendría a Londres a un intercambio para terminar su carrera de doctorado, no me lo podía creer, es que no pensé que eso pasaría, digo sabía que estaba estudiando alguna carrera pero es un hombre muy activo y más estando en el ejército y FBI siendo un coronel, agente encubierto. Pero me dijo que los traumas empezaron a hacer millas y lo mejor era alejarse, porque no se imaginaba un futuro ahí.

Todos lo apoyamos, el abuelo estuvo de acuerdo, aunque regreso a los Ángeles, no quería quedarse en Reino Unido, entiendo que tiene una vida y para el es importante su soledad, más la casa donde se casó y vivió por 25 años con el amor de su vida.

Volviendo al tema principal, el retrato familia que nos puso hacer mi maestra esta casi terminada, dijo que teníamos que retratar como nos sentimos en la pequeña vacaciones navideñas que tuvimos, yo estuve muy emocionada, porque para mí fue algo lleno de emociones, amor y cariño.

Miro un poco como va quedando, sonrió al recordar que papá cumplirá años en unos meses, talvez en ese tiempo se lo pida a la maestra, porque para mí es algo muy íntimo y no creo mandarlo a la presentación de cuadros.

Recuerdo las diferentes pinturas que tengo en casa, son muy importantes para mí, demasiado diria yo, representan a las personas más importantes de mi vida, y otras cosas que sólo fueron simples sueños o imaginación.

—En unos días todos los retratos estarán terminados. —empieza ella— Quiero que hagan una exposición en el curso explicando todo lo que tenga que ver con sus pinturas, ese será el exámen de este semestre. —dice, para después finalizar la clase.

Son las 3pm cuando llego al lugar de los ensayos del equipo, se supone que hoy no tendrían pero se están quejando, o alguien en realidad, y Sabrina programó una reunión para parar eso de una buena vez.

—Buenas tardes. —digo un poco cansada, no me gusta, mezclar las cosas, y mis tiempos libres son muy importantes para mí.

Veo todas las chicas reunidas de pié, me paro al frente, con mi porte sería y segura.

—Todas tenemos cosas que hacer. —empieza Deborah y asiento— Estamos en la universidad, tenemos muchos trabajos, tesis etcétera. Saben a lo que me refiero, algunas están en talleres así como nuestra capitana, cuando todo esto comenzó hicimos una reunión explicando cómo sería todo y estuvieron de acuerdo, —sigue aunque solo mira a Sophie— Entonces no entiendo cuál es el problema ahora.

—Nosotras no tenemos queja alguna, —dice Isabelle, la pelirroja de ojos miel— Cuando me enteré de esta reunión se me hizo todo raro, incluso tuve que cancelar mi parcial para estar aquí.

—Somos adultas, no entiendo porque tendría que haber quejas por algo que ya se habló. —digo tranquila— Tenemos los suficientes días para ensayar, yo tengo otras responsabilidades, y no me estoy quejando de nada, simplemente es algo válido tener días libres, estoy segura que si los ensayos fueran todos los días si estaríamos cansadas y hasta odiando esto. —termino sin dejar la seriedad y serenidad.

—Si no tienes tiempo o tus obligaciones son demasiados, —dice la que empezó todo esta mierda— deberías entregar el cargo si te queda grande. —la miro neutra sin demostrar mi enojo.

—Deberías plantear la idea al comité estudiantil, al fin de cuentas ellos fueron los que me escogieron. —digo tranquila— Sophie, esto no es una competencia, somos chicas que aman el baile y la gimnasia por eso estamos aquí, no estamos compitiendo y creo que tampoco tendríamos porque competir en fin de cuentas somos mujeres, y no nos envidiamos las unas a las otras ¿no?. —esto último fue una clara indirecta, estoy segura que todas se dieron cuenta, pero la tipa me tiene hasta la madre con sus enfrentamientos, me cansé de ignorar y quedarme callada.

Corazón de Cristal #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora