•MALAS NOTICIAS•
DAREL
Todo paso muy rápido, en un momento estábamos gritando para que la salvaran y al otro estábamos manejando de prisa para seguir a la ambulancia.
Ahora me encuentro dando vueltas en el pasillo del quirófano donde la han ingresado hace dos horas, nadie dice nada, todos responden lo mismo. Le he gritado a casi todo el personal por información y solo me piden paciencia.
Como si alguien pudiera no estar impaciente.
Las mujeres llegaron hace un rato, furiosas porque nadie les dijo nada pero una vez se dieron cuenta de la situación se han calmado o eso supongo ya que la inquietud no me permite fijarme en nada más que la puerta por donde la entraron.
—Lo tienen en custodia para sacarle información. —escucho a Edward susurrarle a su mujer, quien no a dejado de sollozar desde que le dijeron el estado de su hija.
—Hijo, tienes que calmarte. Ya verás que todo saldrá bien. —mi madre avanza al rincón donde me encuentro dándome un vaso de café.
—Está perdiendo mucha sangre, —susurro con las imágenes aún perturbando mi mente— No puedo perderla madre.
—No lo harás amor. —susurra atraendome para abrazarme aunque su cabeza apenas llega a mi pecho.
Me alejo de ella cuando veo al abuelo salir de la sala médica.
—Aceptaron el medicamento —inquiero.
—Por procedimiento tuvieron que analizarlo, —sinseo molesto— pero gracias a Dios lo hicieron, solo debemos de esperar que tenga el resultado deseado.
Asiento sin comentar nada más. No puedo dejar de recordar una y otra vez su estado, su bonito vestido destruido solo tapándole las partes necesarias, todas las magulladuras de su hermoso rostro, tantas heridas en su espalda, la sangre...
Suelto un grito de rabia golpeando la pared una y otra vez.
—Es mi culpa, es mi culpa. —se repite en mi cabeza como una mantra.
—Darel...
—¡Oh, hijo mío!
—Dame un sedante. —escucho gritar, pero no puedo salir de mi trance de mi estado de descontrol, dos personas me sujetan y veo el momento exacto en el que padre me inyecta mirándome con dolor y arrepentimiento.
—Descansa. —susurra antes de que todo sea borroso.
...
Por un momento estoy desorientado pero después recuerdo la última palabra de mi padre y trató de quitarme la intravenosa pero las suaves manos de mi madre me lo impide.
—Porfavor trata de mantener la carma. —me pide con sus rasgos tensos de preocupación.
—El doctor...
—No nos han dicho nada. —me remuevo un poco sin saber cuanto tiempo llevo inconsistente.
—Joshua vendrá avisarnos cuando salga el doctor.
Me relajo un poco sabiendo que me volverán a inyectar si me pongo modo furioso. Mi padre no se mueve del umbral de la puerta analizando todos mis movimientos.
—No tienes que estar en alerta máxima, no me movere hasta que traigan noticias.
—Ajá. —lo miro mal haciendo que mi madre se ría.
Pasan diez minutos hasta que comienzo a inmpaciantarme, mientras analizo en como escapar de este cuarto y de mis padres que se creen federales la puerta se habre y mi corazón se paraliza.
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Corazón de Cristal #1
Teen FictionPara Lissa Meyer los últimos 3 años no han sido fácil, vino a Londres para poder superar todo aquello que le atormenta. En sus planes sólo está enfocarse en la universidad, encontrar nuevas amistades y terminar de sanar. Darel Brown sólo quería dis...