•Capítulo 31•

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HEREDERO BRONW•

DAREL



Me siento en uno de los asientos del jet privado de mi familia, el viaje será muy largo, por eso no me gustan esos viajes, veo como mamá y Miah se acomodan en uno de los sillones, mientras papá se va a su pequeña oficina, me relajo un poco.

Miro por la ventana del jet miestras recuerdo mi despedida con Ada, mi pequeña se puso sentimental y después término llamándome idiota, sonrió ella se a convertido en una dosis diaria de felicidad para mi. Agradezco haberla conocido y haber dado el paso de hablarle.

Mamá y Miah están hablando de mi, lo sé por las miraditas que no paran a mi persona, no les hago caso porque se de que chisme hablan, no pueden dejar de hablar de mi relación con Ada.

—Hacen muy bonita pareja. —escucho qué dicen, pero el cansancio es más fuerte, no dormí en la madrugada, a las 6am mi chica se fue a Manchester, y a mi familia se le ocurrió la gran idea de viajar a las 7am. Aunque es algo lógico sabiendo que son 22hr de vuelo.

Me pongo mis auriculares y me pierdo en el gran cielo azul, que parece tan cerca y inalcanzable a la vez, no me doy cuenta cuando me quedo dormido.

24hr después...

El viaje a pesar de ser demasiado largo no fue pesado, llegamos hace dos horas pero como de costumbre, fui junto a mi padre a la empresa Brown, siendo esta la primera y la base de todas las otras, ahora vamos directo a la mansión familiar.

Miah llamo hace unos minutos emocionada porque la abuela Leti estába en casa, aunque no me sorprendió ya que hace como cinco años ella pasa Navidad con los Brown, creo que tiene que ver con mamá y nosotros.

Cuando llegó a la gran mansión, los empleados me dan un saludo que les respondo con amabilidad, la ama de llaves, tan dulce como siempre me da un caluroso saludo del que no me quejo.

—Pero mira que grande y hermoso esta mi niño. —canturrea la abuela, cuando nota mi presencia, viene con una gran sonrisa para abrazarme y besar todo mi rostro como de costumbre.

—Yo también te extrañe abuela. —le digo, no me molesta sus muestras de excesivo cariño porque es algo normal en ella, no cambiará aunque me queje. —¿Como te fue?

«Aprendí, a las malas, pero lo hice»

—Pues gane como la mejor chef en España. —dice y mi madre la ve con orgullo mientras yo sonrió por su felicidad. Leticia James, es una mujer alta, rubia con los ojos azules, se conserva muy bien para su edad.

—Abuelo. —digo cuando me acerco a abrazarlo, su cabello antes castaño ahora lleno de canas y arrugas por la edad, lo veo un poco mal, por lo que me dijo hace una semana, son los estragos de la edad.

—Te besaría como lo hizo la señora viuda pero yo no soy de esas idioteces. —ya empezaron, tienen como un gran odio sin fundamento entre ellos, que no pueden pasar tiempo juntos sin discutir.

—No empieces. —le digo pero me ignora, mirando a la abuela con burla mientras ella lo fulmina con la mirada.

—Entonces mi linda. —pregunta el abuelo a Miah, mientras ella le cuenta como le va en la universidad, el la escucha atento.

Si, para los Brown Miah es una hija más, parte de la familia.

Todos estamos en nuestras conversaciones, la abuela esta hablando con mamá de unas recetas nuevas, mientras con papá y el abuelo hablamos sobre cómo se están manejando las empresas.

—Que dice la señora María que ya podemos pasar al comedor. —dice Miah, esta en el pasillo que da a la cocina con un vaso grande de yogurt de frutas.

Corazón de Cristal #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora