•SEGUNDAS OPORTUNIDADES•
LAUREL
Salgo furiosa del apartamento de Lissa, como se le ocurre, ¡es un estúpido! tan bien que me lo estaba pasando con las chicas. Maldito imbécil que no se da cuenta de las cosas y piensa que puede venir a decir mierda sin siquiera comprobarlo.
No se como fui capaz de poner mis ojos en el, peor aún, no se como fui capaz de albergar sentimientos por el. Piensa que soy una mujer fácil, como si no fuera posible también piensa que soy...
Cabrón.
Estúpido.
Hijo de puta.
Imbécil.
Lo odió.
No me importa que pueda pensar de mi, es más, puede irse a la misma mierda. Y pensar que quería que se diera cuenta de mis indirectas, por Dios hasta suspiraba por el, pero no más. Puedo perder todo pero jamás mi dignidad.
Cuando estoy por abrir la puerta de mi auto, escucho su voz, muy cerca de mi. —Lau... —dice, miestras huele mi cabello. ¿Cuando llegó tan cerca que no lo sentí?. —Por favor sólo escúchame.
—No quiero. —digo con la voz entrecortada. —Regresame mi espacio personal Ryan. —trato de hablar con una voz más firme, pero tenerlo pegado a mi no me ayuda.
Maldito alemán que con solo su presencia hace que pierda mi lado racional, estúpido corazón que late tan fuerte cuando el esta cerca. No debería, simplemente no debería seguir suspirando por el después de lo que me dijo, pero aquí estoy hecha un manojo de nervios por el.
Doy la vuelta para enfrentarlo, mientras más rápido termine de estrellar me con la realidad más fácil será para mí.
—Tus ojos son tan hermosos que podría perderme el ellos. —dice veo tantos sentimientos en esos ojos azules que tanto me a gustado por años que me pierdo, pega su mejilla a la mía como si no quisiera separarse. —No quería ofenderte, no quise decir eso. —doy un paso lejos de el y veo como lucha por no acercarse. —Yo... lo siento.
—Ojalá y te pierdas, así podría seguir mi camino. —lo interrumpo, por un segundo veo como le afecta lo que acabo de decir, pero no me retracto.
—No digas eso. —susurra— Perdóname por ser un imbécil, que no se dió cuenta de nada.
—Ya no tienes que darte cuenta de nada. —digo y me mirá alarmado. —Fueron dos años Ryan, donde te miraba como cachorra y tu no te dabas cuenta, hice muchas cosas que ahora me doy cuenta nunca debí hacer, no por un hombre que no lo merece.
—Por favor... —dice— Yo... realmente me gustas Lau, y no sabes cuánto tiempo espere para decirte eso.
—¿Cuanto tiempo espere yo que te dieras cuenta? —digo dolida— No me mirabas, estabas con tus absurdas ideas, ¿qué te detuvo?
—Lau.
—Te hablé sobre mis sentimientos aquel día. —siento las lágrimas correr por mis mejillas y me molestaporqueel no merece mis lágrimas. —¿Si recuerdas? No estabas tan borracho para no recordarlo.
—Perdóname, yo solo pensé.
—Tú no pensaste. —lo interrumpo, mientras abro la puerta de mi auto. —Solo actuaste como un imbécil, el peor de los imbéciles. —termino de decir, para subir a mi auto y perderme en la autopista.
Una hora después de llorar, llegó al lago, lloro más fuerte cuando me estaciono, soy una estúpida por llorar por el, pero no puedo evitarlo, simplemente me supera. Que el ignorará mis sentimientos, que me dijera todas esas cosas de mi.
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Corazón de Cristal #1
Ficção AdolescentePara Lissa Meyer los últimos 3 años no han sido fácil, vino a Londres para poder superar todo aquello que le atormenta. En sus planes sólo está enfocarse en la universidad, encontrar nuevas amistades y terminar de sanar. Darel Brown sólo quería dis...