Samuel.
Al final me alegré de haber quedado con Guillermo. El chico me insistió, a pesar de que no tenía ganas de nada, pero agradecí su grata compañía y cariño.
El día anterior estuve hablando con el menor de los Díaz, sobre cómo me encontraba yo por la situación que mantenía con su padre. No hablamos demasiado, pero él ya sabía que yo estaba mal por eso.
Julio se había convertido en mi mejor amigo, desde lo que llevo trabando con él, y, aunque habíamos tenido nuestros más y nuestros menos, nunca ocurrió nada como por lo que estábamos pasando.
Pensaba que era demasiado infantil, cosa que era totalmente cierta, pero también sabía que él no estaba enfadado conmigo por el hecho de que me fuera, sino porque sospechaba, o más bien, sabía, que le estaba mintiendo. Que algo no le encajaba a él.
(...)
La mañana parecía bastante tranquila.
Me había levantado tan temprano como de costumbre, y aproveché para hacer cosas en casa e incluso jugar alguna que otra partida a uno de mis videojuegos favoritos, hasta que una llamada al móvil me sacó de la realidad. Era Julio.
En ese momento estaba alucinando, pero descolgué lo más rápido la llamada para saber qué quería.
-Julio, esto... yo quería...
-Hola Samuel. Soy yo, Guillermo -Suspiré aliviado al oír su voz con tanta alegría-. Mi padre es demasiado orgulloso y me ha dicho que te llamara yo -Sonreí ante lo obvio-. Dice que quiere invitarte a ti y a tu familia para cenar esta noche, y que pasemos la nochebuena juntos.
¡Mierda! Debí haberlo imaginado. Julio planeaba averiguar si lo del viaje era en serio.
-Esta noche... Es que no sé qué planes tendrá mi familia pensado.
-Ya le he dicho yo que era todo muy precipitado, pero no escucha -Se escuchó la voz de su padre de fondo, pero sin oírse las palabras con claridad-. Dice que se puede cambiar de planes, fácilmente. Que sólo se cambia de casa. -Mi corazón amenazaba con salírseme por la boca, si esta situación no terminaba.
-Dile que lo hablaré con mis padres, mis tíos y mis primos. Que no le prometo nada.
-Vale, se lo diré. Bueno, adiós... -Se despidió en un tono de voz más bajo- Te quiero. -dijo, rápidamente, en el mismo tono, y colgó. Sonreí por lo adorable que era el chico y dejé el móvil de nuevo sobre el escritorio.
Salí de la habitación y me preparé para una ducha relajante.
Cuando teminé de lavarme, me sequé, me puse cualquier cosa de ropa y cogí el teléfono fijo para llamar a mis padres y hablar sobre lo que me había propuesto Julio. Tenía que acordarme de decirle que mintieran por mí en cuanto al viaje.
-Hijo, ¿cómo estás?
-Bien, mamá. ¿Y vosotros, cómo estáis?
-Bien, Samuel... Esta noche...
-De eso quería hablaros -Di un leve suspiro y seguí hablando-. Julio me ha dicho que vayamos a su casa a celebrar la nochebuena...
-Oh, claro, podríamos. Aún no habíamos acordado nada con la familia.
-¿Entonces es un sí?
-Claro. Dile que iremos.
-Vale... -Esto iba a estar complicado- Otra cosa, mamá... No le he dicho todavía lo del nuevo trabajo en Estados Unidos a Julio... Le he contado una mentira, porque en unos días me voy una semana para allá...
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Wigetta: Más allá
FanfictionGuillermo, un chico joven de veintiún años -el cual iba a la universidad, situada a unos novecientos metros de su casa-, se sentía extremadamente atraído por el compañero de trabajo de su padre, Samuel. Julio, el padre del universitario, se reunía a...