¡Hola! ¡Cuánto tiempo! Os estoy echando mucho de menos estos días. Estoy de vacaciones y hasta hoy que no he cogido internet, no he podido subiros el siguiente capítulo, así que ahora que puedo, espero que lo disfrutéis.
¡Os adoro! <3
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Guillermo.
Samuel había quedado en recogerme para llevarme a la iglesia. Mi padre no estaría en casa, así que no me vería vestido de traje. Preparé una bolsa con ropa informal para cuando volviera. Por si mi padre estaba, que no pudiera sospechar nada.
Cuando escuché el pitido de un coche, salí de inmediato con la bolsa mano. Agité varias veces mi mano en dirección al conductor, y éste me devolvió el saludo.
—Así que al final, has optado por robarle protagonismo al novio. —le dije, quedándome embobado en su figura.
—Me has quitado las palabras de la boca —respondió él. Yo sólo sonreí como idiota—. Aunque veo que eso de peinarte era ya pedir demasiado, ¿no?
—No todos intentamos ligarnos a todos los presentes —Me crucé de brazos, fijándome en su maravilloso pelo, que lucía perfectamente peinado y elegante—. Espero que se mantengan alejados de ti... —Él rió, divertido. ¿Por qué le gustaba tanto que me pusiera celoso?
—No te preocupes, tigre. Soy sólo tuyo, ya lo sabes —Acarició mi mentón, y arrancó el coche—. Recuerda que, aunque le hayamos contado lo nuestro a mi prima y su novio, ya mismo su marido, mis padres no saben nada. Así que tenemos que ser cuidadosos.
—Sí... Lo sé —Suspiré—. ¿Se lo dirás alguna vez?
—Guillermo...
—No, Guillermo no. Entiendo que no podamos contárselo a mi padre. Al menos, no por ahora, pero ¿a los tuyos? ¿Por qué no? Ellos no dirían nada, ¿no?
—Necesito mi tiempo, Guille... —hablaba, mientras conducía— ¿Me dejarás mi tiempo? —Lo miré con tranquilidad y asentí, a pesar de que no me estaba viendo.
—Claro... Todo el que necesites. —Él me miró de reojos, en lo que llegábamos a la iglesia.
—Sé que te mueres de ganas porque todos lo sepan. Pero ¿acaso no he hecho mucho en tan poco tiempo? Sabes que me cuesta esto, y, sin embargo, he aceptado el hecho de que seamos novios —Iba a decir algo para reprocharle sobre eso último, pero él me lo impidió con un gesto con la mano—. Y sí, estoy encantado de que seamos pareja, ¿vale? No me arrepiento, ni nada por el estilo, pero sólo... Déjame hacerlo a mi ritmo.
—Tienes razón... Lo siento. —Acercó una mano a mi cabeza y me revolvió el pelo.
"Pero, ¿qué coño le pasa en la puta cabeza a este hombre?" Mi reacción fue épica. A él le pareció graciosa, pero creedme, era todo lo contrario.
—Gracias, eh. Me ha costado una media hora tener el pelo en condiciones y ahora vas y me despeinas.
—Anda ya. No seas quejica, que estás igual que cuando has subido al coche. —Rió, mirando al frente.
Fruncí el ceño, cruzándome de brazos e ignoré su perfecta... quiero decir, odiosa risa.
El resto del camino fue tranquilo. Hablamos de vez en cuando de cualquier cosa, y no hubieron más momentos de tensión.
Una vez llegamos a la iglesia, Samuel aparcó cerca del coche de su padre, que casualmente lo habíamos visto y salimos de allí.
Me sentía muy feliz el hecho de que Isabel me hubiese invitado a su boda. Era todo un honor, ya que es familia de Samu, así que sentía que llegaba a ser parte de ellos. Además me llevo estupendamente con la pareja que en pocos minutos estaría casada.
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Wigetta: Más allá
FanfictionGuillermo, un chico joven de veintiún años -el cual iba a la universidad, situada a unos novecientos metros de su casa-, se sentía extremadamente atraído por el compañero de trabajo de su padre, Samuel. Julio, el padre del universitario, se reunía a...