Capítulo especial.
Julio.
Se había corrido la voz, de que Isabel, la prima de Samuel jr, se casaba con ese chico, con quien tanto llevaba de relación.
Samuel siempre me hablaba mucho de su prima. Siempre me contaba cosas increíbles de ella, y decidí que pasarme por allí, sería una buena idea. Les daría un pequeño obsequio y así de paso, vería que tal van las cosas por allí.
Sabía que tendría que encontrarme con Samuel, el padre, tarde o temprano, pero era algo que debía aceptar.
Sinceramente, cada vez que lo veía por la calle o cuando me lo encontraba, casualmente, haciendo la compra en el supermercado, una fuerte punzada se alojaba en lo más profundo de mi corazón.
Fui un idiota al confesarle aquello. Nunca debí hacerlo. Porque no había día que pasara en el que no lo echase de menos. Era mi mejor amigo, el mejor que tendré nunca, y aunque su hijo también es una grandísima persona, no es su padre por mucho que se le parezca.
Sé que hice mal, intentando apartarlo de su mujer, quien siempre se comportó bien conmigo. Quise romper la familia de mi compañero de trabajo, y eso no estuvo nada bien. Pero ahora me alegro de que todo saliese así, en parte. Porque así la familia permanecería más unida que nunca.
Aunque debo reconocer, que el hijo de la pareja, llegó a convertirse en alguien muy importante para mí. Se podría decir que era mi mejor amigo, o lo más parecido a un amigo.
Hice una llamada a un conocido que asistía a la boda, para preguntarle en qué iglesia estaban, pero por lo visto, ya estaban en el convite. Le pregunté dónde quedaba el lugar y decidí ir hacia allí.
Colgué y busqué por toda la casa a Guillermo. ¿No estaba? Oh, ¡es cierto! Me dijo que había quedado con Alex, temprano.
Salí de casa y cogí mi coche, el cual casi nunca usaba, y me puse manos a la obra.
Había quedado con Esteban, con quien acababa de hablar por teléfono en la entrada del lugar, así que sería la primera persona con la que me encontraría, al menos eso esperaba.
Después de dar vueltas como un tonto en el coche, buscando aparcamiento, conseguí un lugar donde dejar el vehículo. Salí del coche, y me dirigí a pie hasta la entrada del sitio.
—Hola, Esteban —le saludé con un apretón de manos—. ¿Qué tal la boda?
—Asombrosa —respondió con una sonrisa—. Ya era hora que algo bueno ocurriera en la familia.
—Sí... La verdad es que sí... Han pasado por mucho. —Él asintió.
—Han sido malos momentos, ahora les toca vivir los buenos.
—Claro que sí. Ahora sólo queda salir adelante y con la cabeza bien alta.
—Tú lo has dicho —El hombre sonrió y me invitó a entrar—. ¿Entramos? Ya hemos terminado de comer, ahora queda lo más difícil, hacer que la gente se vaya. —Rió divertido, contagiándome un poco de aquella risa. Cuánta razón había en esas palabras.
Después de pasar entre la multitud, nos encontramos con la encantadora pareja, bailando, mientras todos alrededor los admiraban con una tierna sonrisa. Esteban me miró y ambos sonreímos.
Decidí esperar a que dejaran de bailar para poder conversar con ellos, pero entonces una mano me sorprendió por detrás.
—¿Qué haces tú aquí? —me preguntó, remarcando el "Tú"
—Oh, Samuel... —Su hijo y él se parecían mucho. Hasta se llaman igual.
—Te he hecho una pregunta, Julio. No estás invitado a esta boda.
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Wigetta: Más allá
FanfictionGuillermo, un chico joven de veintiún años -el cual iba a la universidad, situada a unos novecientos metros de su casa-, se sentía extremadamente atraído por el compañero de trabajo de su padre, Samuel. Julio, el padre del universitario, se reunía a...