31. Fecha de boda

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Guillermo.


Ya habían pasado varios días, estábamos a finales de febrero. Casi habían pasado dos meses, desde que Samuel y yo empezamos a salir. Dos meses siendo pareja. Sonaba increíblemente precioso.

Alex estaba muy feliz por ambos. Decía que ya era hora de que De Luque reconociera que sentía algo por mí y que debíamos salir a menudo los cuatro juntos, Eva, él, Samu y yo. Aunque, desgraciadamente, lo veía poco y cuando podía estar a su lado, estábamos en casa de su prima.

En realidad lo entendía y en ningún momento abrí la boca para quejarme. Su prima necesitaba ayuda, y parecía que estaba surtiendo efecto el quedarnos con ella, ya que cada día su humor iba mejorando y se le veía mejor aspecto.

Era sábado y había quedado por la mañana con Samuel, para visitar a su prima. Otra vez. La verdad es que, a pesar de querer estar con él a solas,disfrutaba de la compañía de su prima. Es una chica increíble.


Tengo una sorpresa para vosotros —anunció, nada más entramos por la puerta—. Pasad.


Nos adentramos en la casa y visualizamos a Raúl, quien se mantenía con una leve sonrisa en el rostro.


Hola. —Nos saludó Raúl, al mismo tiempo que se levantaba de su asiento para abrazar a Samuel.

Sentaos.—dijo la única chica presente. Hicimos lo que nos dijo, y nos acomodamos en el sofá, junto a su pareja. Raúl estaba en un extremo, Samuel junto a él y yo a su otro lado.

¡Ya tenemos fecha para la boda! ¡Será el quince de abril! —gritó emocionada. Samu se levantó de golpe,tras emitir un "Wow, ¿en serio?" y abrazó a su prima con fuerza— ¡Sí! Y me alegro tanto de que Raúl y yo hayamos tomado esa decisión, por fin —Ambos se separaron y se miraron—. Os debo mucho a vosotros dos. Y por supuesto a mi futuro marido. —dijo, con una tierna sonrisa. Se acercó a su prometido y ambos se besaron.

No nos debes nada —vocalicé—. Necesitabas compañía y apoyo, y te lo hemos ofrecido de todo corazón.


Sin moverse,ella abrió sus brazos, invitándonos a Samu y a mí a abrazarla. Raúl se unió. Los cuatro nos abrazamos, pudiendo disfrutar de ello por unos instantes.


Bueno,supongo que es hora de que los demás lo sepan —habló la chica, al separarse de los demás. Todos la miramos con una sonrisa. Las cosas estaban mejorando—. ¿Venís con nosotros? Iremos a contárselo amis padres.

Sí. ¿Os venís? —habló Raúl— Los míos ya lo saben.


Samuel y yo nos miramos. Cuando nuestros ojos se volvieron a fijar en los dueños dela casa, asentimos con una sonrisa.

(...)


Los padres de Isabel, la recibieron con una enorme sonrisa. Ellos también veían lo mucho que había mejorado desde aquel fatídico día.

Se llevaron una gran sorpresa con la noticia. La abrazaron y le dijeron lo orgullosos que estaban, ambos, de ella, y que se merecía ser feliz. Incluso mencionaron que, aunque al principio Raúl no les había gustado para ella, —sobretodo al padre— era un buen hombre y se alegraban deque fuera con él con quien se casaría, algo que les hizo muy felices a los dos.

Wigetta: Más alláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora