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 28 de Noviembre de 2005

Últimamente tengo sueños raros, muy raros, esta vez no fue la excepción, fue un sueño bastante extraño que incluso me hizo despertar con una sensación incómoda. Estábamos Gerard y yo en casa de Bob, como el otro día, sólo que esta vez no lograba vislumbrar a ninguno de los chicos, y de nuevo esas luces neón, había música, pero no recuerdo cuál. En mi sueño estaba consciente que estaba ebrio, aunque Gerard también lo estaba, pero él ni siquiera bebe. Se encontraba sobre mis piernas, mientras que con sus brazos rodeaba mi cuello y me sonreía de una manera extraña, diciendo mi nombre. De un momento a otro lo estaba besando en los labios. Después lo miraba y él seguía sonriéndome, "me encanta estar contigo, Frankie", me decía, mientras volvía a mis labios otra vez. Yo no sé por qué llevaba mis manos hasta sus piernas, llevaba puesto sólo un pequeño short.

Cuando nos separábamos podía notar que Gerard estaba completamente desnudo, sentado sobre mi regazo, y pude darme cuenta que yo estaba en igualdad de condiciones. "Hazme el amor, Frankie", me decía Gee en un suspiro, y de un momento a otro ya lo estaba embistiendo ahí, sobre el sofá de la casa de Bob, y todo se sentía tan real, me sentía tan extasiado, veía esas muecas de placer en la cara de Gerard.

Al llegar al orgasmo lo abrazaba, cerraba los ojos, pero al abrirlos yacía en el suelo, alguien me jalaba del cabello, era Mikey, "mi hermano tiene autismo, idiota", me decía golpeándome, luego me giraba un poco y ahí en la misma habitación veía a Jared, burlándose de mí, "y decías que no eras maricón", a su lado estaba Bert, pero tenía a Gee, quien apenas si estaba cubierto con una cobija, me miraba con los ojos llorosos y el asqueroso de Bert le lamía el rostro, "ahora nos vamos a divertir con tu noviecito", decía Jared, y quería ir hacia Gerard, pero alguien me jalaba de las piernas, era Mikey, le decía que qué demonios hacía, que esos idiotas iban a abusar de su hermano y él insistía en golpearme y decirme que Gerard no era para mí, hasta que cerré los ojos, los abrí y estaba en mi cama, completamente agitado, después de ese sueño ¿húmedo?, mezclado con una pesadilla.

Ahora me da vergüenza ver a Gee sólo pensando en lo que soñé con él.  

100 días contigo (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora