100 días contigo (Frerard)

IV

 22 de agosto de 2005

Creía que mi vida era miserable, pero ya no lo volveré a decir, miserable la vida del tal Gerard, qué horror vivir así, ser así, un bobo que no puede siquiera entablar una conversación, ¿y por qué lo digo? Porque hoy fuimos de nuevo a casa de Mikey para hacer un trabajo que nos encargó el maestro de ciencias y justo ahí me volví a topar con ese chico. Estaba sentado en la sala cuando llegamos, ahora estaba vestido de Batman, por Dios, ¿que ese niño sólo sabe usar esos disfraces tan ridículos como si tuviera cinco años?.

Tenía un montón de colores regados en el piso, ni siquiera vi qué estaba dibujando, pero en cuanto intenté acercarme a él, se levantó, agarró todos sus lapices de colores y su libreta y salió corriendo rumbo a su habitación, sin importarle que algunos de sus colores se le cayeran en el trayecto.

Mikey dijo que así es con los desconocidos, pero que en cuanto se vaya familiarizando con nosotros no habrá problema, yo sólo pienso que no quiero familiarizarme con ese chico tan tonto que la verdad sólo me da risa, lástima que no puedo reírme de él con Ray porque se molesta y ahora ni con Bob, pues dice que no puedo ser sí de cruel con ese pobre chico.

Cuando llegué a casa otra vez estaban papá y mamá gritando, odio que no hagan más de discutir, pero la verdad no sé por qué pensé en Gerard y me sentí mejor, y es que no quisiera estar en sus zapatos, su vida es bastante miserable, creo que la mía ya no lo es tanto. Sólo tengo unos padres fastidiosos, una hermosa chica que no se digna a salir conmigo y unos idiotas que se burlan de mí por mi estatura, pero al menos no soy un retrasado como el hermano de Mikey. Debo agradecerlo.