LXVII

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 28 de Enero de 2006

Hoy salimos al parque, Gee vistiendo un suéter rojo con dibujos de ovejas y un pantalón negro, luciendo encantador. Nos echamos en el pasto, tomados de las manos, mirando la forma de las nubes, sintiendo la brisa en nuestros rostros, algo sumamente relajante, si me lo preguntan, sin embargo en tanto estábamos así Gerard soltó de repente: "Quiero casarme contigo, Frankie", y yo sentí a mi corazón latir desbordado, tardando en reaccionar, sé que Gee es demasiado inocente, sé que tiene demasiadas ideas en su cabeza y a veces no las logra hilar, pero en serio, no me esperaba que me dijera algo así. Como no le respondía se levantó para verme, le sonreí, toqué su mejilla, "yo también mi vida, quiero casarme contigo", le respondí y él ensanchó una gran sonrisa, dejándome ver sus pequeños dientes, para posteriormente recostar su cabeza en mi pecho y abrazarse muy fuerte a mí, "te amo Gee, y quiero estar toda mi vida contigo", le dije.

No había pensado en un futuro juntos, sé que somos muy jóvenes aún, pero dudo alguna vez poder sentir por alguien más lo que siento por Gee, con tanta intensidad. Después de que me dijo eso me quedé pensando mientras miraba el cielo y lo tenía entre mis brazos, en que realmente sería maravilloso una vida juntos, yo siendo un músico famoso, él triunfando con sus dibujos, tiene bastante talento, podría hacer un cómic, pintar, lo que él quiera, yo lo apoyaré en lo que decida. Nos imaginé a ambos viviendo en una linda casa, rodeados de perros, aunque quizás de un gato también, sé que a Gee le gustan mucho, aunque es alérgico, por eso no le dejan tener uno. Me imaginé de gira con mi banda y Gerard acompañándome a cada una de las presentaciones, abrazándose a mí al final de cada show, haciendo el amor en los camerinos. Claro que quiero una vida con él, claro que quiero que nos casemos, incluso hasta imaginé lo lindo que luciría, tal vez con un corto vestido blanco, dejando sus bonitas piernas al descubierto, con una corona de flores en su pelo, con sus mejillas ruborizadas, con sus verdes ojos brillantes. "Quiero casarme contigo, Gee", fui ahora yo quien se lo dijo, él se volteó para mirarme, nos dimos un corto beso en los labios y continuamos ahí, mirando el cielo, sintiendo tanta tranquilidad, soñando con un mundo perfecto donde nada ni nadie pueda separarnos.   

100 días contigo (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora