¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Not the same.
...
-Acompañame.
-Jeje, ¿a donde vamos, Albedo? Últimamente estás raro pero me da risa.
-Vamos, solo sígueme.
-Deacuerdo. Confío en ti.
Ciega ante donde me llevara, lo seguí.
...
Llegué temprano a la oficina de mi pareja en otro día más de Mondo, estaba agotada después de tanto ajetreo de ayer que, simplemente solo quería descansar pero no podía en un día laboral donde debo hacer lo que se me ordena. Dejo mis cosas sobre una mesa de pertenencias y a paso sencillo me acerco al sofá para dejarme caer y así descansar.
Suspiro. No puedo sacar de mi cabeza el hecho de que... Últimamente Albedo tiende a llevarme a lugares más inexplorados del mapa, me pide llevarlo mejor dicho. Sin embargo, eso no es lo extraño para mi puesto que ayer esta vez yo sería la qué no conociera dicho lugar al que me llevaría, y que puede ser romántico si se lo propone. No esperaba besos ni caricias, tampoco como me tomó con desesperación en un abrazo fuerte.
Pero quizá, es normal en una relación de casi más de un año. Sabia que le tomaría tiempo hacer estas cosas y no me molesta. Me había acostumbrado a los besos pequeños, saludos con un abrazo solamente y palabras de cariño no tan cursis.
Realmente es algo nuevo para mi.
-Llegaste más temprano de lo normal. - Hablando de él, lo escucho llegar con naturalidad.- Buenos días, ___.
-Buenos días, lindo. - Respondo sin abrir los ojos.- Me pregunto que haremos hoy.
-Oh, traje algunos corazones de regisvid pyro para probar unas cosas, ¿de casualidad no guardarás por ahí piedras electro? - Preguntó acomodando su mesa de trabajo.
-Las tengo en mi locker, dejame ver.
La mañana y tarde pasaron con nosotros trabajando inmersos en el deseo de concluir nuestra investigación. Ya era noche y debíamos dar por terminado el día con nada menos que una deliciosa cena, mis tripas me lo dijeron precisamente al rugir y llamar la atención del rubio ceniza.
-Esta bien, ya es hora. - Cerró el cuaderno y después de acomodar un poco (no sin antes yo ayudarle) se encaminó hacia mi.- Vayamos a cenar, yo invito.
-Si tanto insistes... Supongo que deberé ceder... - Digo sarcásticamente.
Albedo solo sonríe por lo bajo y me lleva hasta la puerta, con su mano en mi espalda baja. Con su otra mano cerró la puerta con llave, por siguiente nos dirigimos al buen cazador para pedir nuestras ordenes y después tomar asiento en una de las mesas, disfrutando el aire fresco con la bella iluminación del pueblo nocturno.
Pero algo me comenzó a inquietar en cuanto miraba a todas partes; una mirada intensa. Sentía que habían ojos por todas partes, una sensación de que alguien quiere emboscarme me atraviesa y carcome el cuerpo horriblemente. Es tan intensa la sensación qué con mi mano debajo de la mesa trato de improvisar cualquier cosa en caso de un ataque sorpresivo.
-¿Todo bien? - Miro rápidamente a sus bellos ojos y niego con la cabeza.- Es que te noto muy distraída.
- No, no, no te preocupes. Es solo que... - Dudé en decirle, no quería arruinar nuestra cena después de todo así que opté por lo más viable. - Tengo mucha hambre la verdad. - Gran respuesta, él sabe la cantidad de comida que necesito para saciarme.
-Descuida, no tardará en llegar nuestra orden.
-Gracias, lindo.
...
Entro a mi habitación con todo el cansancio del mundo, dispuesta a prender la luz una silueta oscura se hace presente. Alguien sentado en mi cama, puedo verlo gracias a la escasa luz de la luna qué ilumina levemente mi cuarto.
-¿Quién-
-Ven. -Era Albedo.
Pero la pregunta fue, ¿cuando entró? Me despedí de él justo cuando entré a mi casa qué simplemente pensar que se movió a la velocidad de un rayo para entrar acá me preocupó.
-¿Albedo?
-___, ven conmigo.
-Pero como... ¿Como es que entraste tan rápido? Si apenas me desped- ¡Espera, ah!
Inesperadamente su mano tomó mi muñeca y me jaló bruscamente hasta él. Ahora estaba sobre mi novio pudiendo ver no detalladamente pero si confirmando qué es él. Respiré profundo tratando de aclarar mis ideas y ver que estaba sucediendo, no conforme con eso el chico me hizo besarlo desesperadamente.
-Al-Albedo... Espe- esperaa-
Todo el rato fui callada y no pude hacer más que seguir a mi pareja. Sin embargo, no dejé qué las cosas fueran a más porque le recordé que esto sería si nos casabamos. Sonará muy tonto pero es lo que deseo.
Albedo simplemente se desvaneció en la oscuridad y se fue, creo que a su casa.
...
-Buenos días, cariño. - Saludo.
Han pasado dos meses desde que tengo visitas nocturnas de mi novio, prefiero nunca mencionarlo en el día para no incomodarlo porque sé que es cosa privada entre los dos.
-Buenos días, querida. ¿Cómo amaneciste...? - El rubio se acercó a mi para abrazarme, yo acepté con gusto.
Hubo un silencio repentino, nadie hizo nada. Sentí que Albedo me estaba examinando porque no me soltaba para nada, aun si traté no me dejó.
-¿qué pasa?
-¿Quien te hizo esto? -Preguntó ahora si soltandome y con sus manos tomando mis hombros me llevó a un espejo. Él mismo descubrió un poco mi cuello.- ¿Por eso has estado usando cuellos de tortuga?
-¿que? - Es lo único que respondo.- Pero si... - Frunzo las cejas y volteo a verle. - Fuiste tu, Albedo.
-¿De qué hablas? -Me mira interrogante con sus brazos cruzados.- ___, yo no te hice eso. ¿Me estás mintiendo?
-¡No, no! Para nada, no quería decirlo porque pensaba que era cosa privada de los dos, pero tu eres el que me ha estado visitando por las noches últimamente.
Silencio nuevamente. El chico se quedó mirándome con unos ojos de muerte qué me asustaron por un momento, sus puños se apretaron y de manera rápida salió disparado por la puerta. Yo estaba demasiado confundida como para seguirlo.
Cuando intenté salir nuevamente se apareció mi pareja, tomando mi muñeca con rapidez y me aproximó a salir antes de que dijera cualquier cosa. Traté de detenerlo un momento pero nunca me dirigió la palabra, Albedo estaba sumamente serio como para explicarme por qué demonios corríamos de Mondo...