—Lo hiciste muy bien allá afuera.
Suelto el aire que estaba conteniendo, doy media vuelta para encarar a la chica.
—No siento las piernas —digo sincera.
Vega suelta una carcajada. Lleva un vestido algo ajustado, pero no tan revelador como el mio, de color verde. Su pelo está atado en una coleta alta, despejando sus facciones.
—Estás hermosa —comento.
—No es a mí a quién no le quitan la mirada de encima —bromea—. Tú también te ves bien —me guiña un ojo —. ¿Lista para mañana?
—Hay que estarlo, ¿no?
—Si, lamentablemente —comienza a caminar para el lado del escenario—. Nos vemos Sirena.
—Duerme bien, árbol —digo burlona.
Ella sonríe y sigue caminando. Me dirijo al lado contrario, quiero salir de aquí.
Traté de continuar con mi papel, de seguir el show. Creo que funcionó, con la entrevista y mi sesión privada estoy segura que tengo algunos patrocinadores. De eso se trataba todo esto, ¿no? Conseguir toda la ayuda posible. No sé qué sucederá mañana, pero si mi espectáculo de recién sirve para sobrevivir, voy a estar muy agradecida.
—Buen trabajo —dice el rubio cuando llega con Mags.
—Gracias.
Darya se acerca a paso cauteloso, el turno de Blake no debe de haber terminado todavía.
—¿Puedo retirarme? —interrogo a nadie en particular.
—Darya, ¿te encargas de Ambler? —le pregunta con una sonrisa.
—Por supuesto, Finnick —responde emocionada.
Es increíble la adoración que tiene por el rubio... y por Blake también.
Los tres nos dirigimos hacia el piso del distrito cuatro. Una vez que entramos Mags me abraza. Me tenso, pero enseguida relajo los músculos y le devuelvo el gesto. Me sonríe, luego le da un beso en la mejilla a Finnick con delicadeza y se retira a su habitación.
—¿Quieres comer algo primero o prefieres cambiarte?
—La segunda opción.
—De acuerdo, nos vemos luego.
Camino hasta mi habitación, cuando entro me dirijo hacia el baño. Lavo lo mejor que puedo mi cara, sacando todo resto de brillo y me saco la diadema hecha de caracolas y pequeñas estrellas de mi pelo. Me ducho, sin mojar mi pelo, también elimino con agua todos los pequeños cristales sobre mi piel y froto mi mano para borrar las escamas que maquilló Jazeera.
Cuando salgo me coloco la ropa para dormir, suelto mi pelo. Todavía tiene las ondas que hizo la estilista. Me posiciono frente al espejo. Siempre odié mirarme, las curvas de mi cuerpo, la dureza de mis piernas por nadar demasiado, los labios carnosos, la piel bronceada. Creo que no lo odiaría si no significara para los demás como lo hace.
En parte agradezco que Gia se vea todavía como una niña, sacó los rasgos de mamá, las facciones más delicadas e inocentes.
Suspiro.
Golpean la ventana que da al balcón. Finnick.
Agarro la manta que hay arriba de la cama y me cubro con ella, luego salgo.
—Traje comida, supuse que tendrías hambre —levanta una canasta que no sé de dónde sacó—. Pero no le digas a nadie, los demás están cenando en el comedor.
ESTÁS LEYENDO
La Sirena del Capitolio | Finnick Odair
FanficVenus Harkin nunca quiso ser el centro de atención, nunca quiso ir a los Juegos y definitivamente nunca quiso todo el sufrimiento que conllevaría eso. Porque Venus Harkin ya sufrió suficiente antes de ser cosechada. Y la única persona que compendió...