Sueño

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Taeil y Johnny habían visitado ya al pediatra, cuando notaron que esa situación era recurrente en Haechan. Se sentían preocupados y los diagnósticos de Google no ayudaban a reducir la angustia que el insomnio de Haechan les provocaba.
No importaba lo cansado que estuviera, lo juguetón que había estado durante el día, si tomaba siestas o no.

No importaba si no comía azúcar, si iba al baño lo suficiente o si veían películas para ayudarlo a conciliar el sueño, Haechan no podía dormir.
A veces tenían que aumentar la dosis que les habían enviado en la clínica pero ellos odiaban hacer eso, no les gustaba que el niño estuviera tan silencioso y apagado al día siguiente. Conforme fue creciendo, las noches de insomnio disminuyeron de seis al mes a sólo dos. Y después, ninguna.
Pero esta noche el sueño decidió abandonarlo otra vez.
Haechan salió de su cama a las doce de la madrugada para acostarse en medio de sus papás y contarles lo que ocurría, había estado dando vueltas tratando de conciliar el sueño, pero nada le funcionaba, ni siquiera contar ovejitas.

– Quielo dolmil papá. De veidá.

Lloriqueó un poco, acurrucándose sobre Johnny, quién lo rodeó en un abrazo dejandolo recostarse sobre él. Haechan le abrazó el cuello, tratando de cerrar sus ojitos y Taeil suspiró y les acarició la mejilla, más dormido que despierto.

– John, mañana trabajas. Duérmete, yo me quedo con él.

Hae comenzó a hacer una rabieta, llorando mientras se aferraba a la playera de pijama de Johnny cuando su otro padre intentó apartarlo. Su papi Taeil siempre se quedaba dormido, a diferencia de Johnny, que siempre cumplía su promesa de no dormir antes que él.

– Poi favoi noooo... No quielo quedaime solito. Quielo que me ablaces. Papi siemple se dueime. NO QUIELO QUEDAIME CON ÉL.

– ¿Por qué te pones así? Haces que tu papi Taeil se sienta triste.

Johnny le limpió las lágrimas mientras le explicaba aquello dándole un besito en la mejilla, aunque dudaba un poco de eso porque Taeil sólo tenía la mitad de un ojo abierto y quizás ni siquiera había escuchado nada.

– ¿Tliste cómo si no lo amara?

– Si, porque dijiste que no quieres estar con él. Papito Taeil va a pensar que no lo quieres.

El rostro de Haechan se deformó mientras se sentaba en la cama para llorar con fuerza. Taeil se despertó de golpe, justo para ver cómo el niño de acercaba a llorarle en la mejilla y le llenaba el rostro de lágrimas y baba.

– NOOO, YO NO QUELÍA. YO AMO A PAPITO TAEIL. PAPITO TAEIL YO TE AMO MUCHO SI QUIELES SI TE QUEDAS CONMIGO.

Haechan sollozó dejándose abrazar por Taeil, quién le limpió las lágrimas y le susurró palabras tranqulizadoras mientras lo acurrucaba entre las cobijas.

– No mi amor, no le hagas caso a tu papá. Yo sé que tú me amas mucho, mi Solecito hermoso. Así como yo te amo a ti ¿Sabes cuánto te amo mi amor?

Haechan hipó mientras negaba con la cabeza. Taeil le acarició suavemente su húmedo rostro, sus ojitos tristes brillaban en la tenue luz y sus padres sintieron un vacío en el pecho.

Desde que Mark dejó de ser su amigo, Haechan lloraba mucho.

– Te amo mucho mucho. Con todo mi corazón, Haechannie. Te amo muchísimo, te amo más de lo que las mamás oso aman a sus ositos. Tú eres el osito más amado del mundo. Nosotros te amamos demasiado

Haechan suspiró y asintió lentamente, acostándose junto a su papá. Se estiró para quitarse su único calcetín y luego miró a Johnny, sonriéndole cuando se unió al abrazo. Haechan olía a galletas, babita y a toallitas húmedas de bebé y apenas Taeil lo olió por un minuto ya estaba roncando bajito, profundamente dormido.

Bear Family 🐻 JohnilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora