Regreso

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Entender por qué no fue a la escuela durante tres días no era tan fácil para él, pero no se quejaba.
Su papi Johnny iba y venía todo el tiempo. Taeil se quedaba a abrazarlo, jugar y hacer algunas tareas que le enviaban de la escuela para que no se atrasara.
Justo ese día sus papis le dijeron que tenían que hablar con Baekhyun y Sehun y por ello lo dejaron al cuidado de Hendery, que lo recibió con una gran sonrisa y promesas de comer muy rico.

– ¡Te extraiñé mucho! – Renjun se ilusionó demasiado al verlo en su puerta. Haechan no pudo evitar abrazarlo y por primera vez el niño chino no se apartó. – Ven, te enseño mi nuevo cuarto y mi casa nueva.

Los dos niños se fueron corriendo a la habitación de Renjun tomados de la mano. Tenía cosas muy lindas y brillantes por doquier, como las estrellitas que colgaban por todo el techo y dibujos que Haechan le hacía pegados en la pared. Su nueva casa era mucho más linda que la anterior.

– Tu cuaito es muy bonito Renjun.

– Si. Me gustan las pintulas y me gusta pintair. ¿A qué vamos a juegait? Mi papi Dejun me compló toda la colección de Cars. – Haechan sonrió mientras se sentaba en la alfombra de la habitación amarilla y veía a Renjun esparcir por todo el piso carritos de todos colores de la película.

– Guaaau, están bien padles la veidá.

– Sipi. Mmm – cada uno escogió dos carritos y comenzaron a jugar en la alfombra de pista de Renjun.

– BRUUUUM, BRUUM BRUUMM – ambos imitaban el sonido de los carritos al ir a toda velocidad. Se distrajeron en la décima vuelta y se pusieron a revisar las rueditas de cada cochecito.

– ¿Mañana ya irás a la escuela? Jeno también te extraiña.

– Cleo que sí ilé. No me vaya a legañait la maeta.

Ambos asintieron y luego Hendery entró sonriéndoles con complicidad. Llevaba en las manos galletitas y dos cajitas de leche. Verlos bailotear de alegría por el postre lo puso muy contento y se sentó con ellos para que comieran con cuidado, además, se entretenía mucho estando con los niños y por ser el más joven de los papás lo incluían en sus reuniones y juegos kindergardianas.

– Dery papi de Renjun ¿Quieres jugait a las escondidas?

Ellos lo consideraban a él un kindergardiano más. Por eso siempre lo incluían en todos sus juegos, planes y pláticas.

              
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– Mi amor, tenemos que hablar contigo.

Johnny y Taeil dieron palmaditas en el sillón para que su hijo se sentara a su lado. Haechan los miró desde el refrigerador con la boca toda pegajosa y mordió rápidamente su ate de guayaba recién abierto para guardarlo de nuevo en su empaque y regresarlo a su lugar. Adoraba que lo dejaran comprarse un ate cada que iban a las compras. Ese dulce era lo mejor de su vida.

– De qué, la veidá. Mi papi Johnny se acabó las oreos de veidá no fui yo.

Haechan aún masticaba mientras se sentaba en las piernas de Johnny. Su papá le besó su mejilla gordita y le acomodó su pants gris, que al inicio del día había sido rosita claro.

– De Jeno, bebé. – el niño tomó la mano de Johnny para no ponerse nervioso y luego su mirada buscó a Taeil para sentirse más seguro. – ¿Por qué no nos dijiste desde un principio que era él?

– Bueno, fue poique... – su vocesita tembló un momento. – Poique me daba mucha tlisteza acusailo. Poique no tiene mamá... La veidá. Poblecito.

Los dos asintieron con la cabeza, dándole toda su comprensión.

Bear Family 🐻 JohnilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora