Galletas

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El hogar de Haechan ya estaba decorado para navidad aunque aún no iniciaba diciembre.

Johnny y Taeil amaban esa época del año y les emocionaba preparar el árbol, la mesa, e incluso las habitaciones desde que se habían casado y aquello se lo habían contagiado a su hijo, por lo que ahora había esferas en formas de ositos y dibujos de Santa Claus, renos, árboles, esferas y galletas deformes en las paredes que Haechan había hecho para adornar.

Además, en sus tiempos libres Taeil y Haechan horneaban más que en el resto de los meses: les encantaba hacer pasteles, galletas, waffles y decorarlos, aún si apenas y se descuidaban y Johnny hacía de las suyas y se terminaba todos los postres.

Y claro que en navidad Haechan le exigía a sus papás hacer galletas de jengibre.

– Heimoso papi Taeil, tenemos que haceit una galleta pala ti, pala papi Johnny, pala Renjun, pala sus papás, pala Jeno y su papá, para los papás de Makku y pala Nana, pala mis abuelitos gabachos y pala mis
abuelita de aquí aunque nunca viene la veidá y pala mi tía y pala mi maestla.

Renjun y Taeil que estaban a su lado se miraron y soltaron una risita, volviendo a poner atención a sus preparaciones.
Renjun se había convertido en el amigo de pasteles de Haechan en el último mes y con frecuencia iba a la casa a preparar diferentes postres, ya que Taeil cedía a los deseos de su bebé y se encargaba de hablar con Hendery y pedirle que dejara a Renjun ir a su hogar, además que le agradaba mucho aquel niño, a pesar de que Johnny lo llamaba señor chiquito por su carita siempre seria y su humor cascarrabias. Pese a ser mayor que Haechan era más pequeño en altura y complexión y eso enternecía a Taeil.

– ¿Podemos poner chispas de chocolate a las galletas?

Renjun se acercó a Taeil para preguntarle y se limpió las manos en su playerita, le gustaba mucho ir a la casa de su amigo porque se divertía cocinando. Y porque Johnny y Taeil le daban mucha comida deliciosa. ¡El otro día hasta le habían regalado colores nuevos y una mochila que Haechan nunca usó!

– Claro que sí Renjuncito.

Taeil lo ayudó a ponerle las chispas a las galletas del molde y ambos terminaron el glaseado azul de la galleta de jengibre. Renjun le sonrió con alegría.

– Señor Taeil ¿Me podría acompañar al baño?

Haechan se cruzó de brazos, dejando de decorar a su señor de jengibre para negar con su dedo.

– ¡Papi Taeil no puede! Poique papi Taeil es mío y sólo a mí me lleva al baño tonto Renjun.

Renjun se enfadó de inmediato, cruzándose de brazos.

– Es que me anda de la popó...

– Nimodo.

– Haechan, no seas grosero mi amor.

– Peidón.

                          🦊🧸

Aunque el señor Taeil los obligaba a comer antes del postre, en verdad le caía bien. Le recordaba cuando Hendery se sentaba a enseñarle a tocar el piano por las tardes y luego salían a caminar, sólo que Taeil se sentaba junto a ellos en la alfombra, los ayudaba a hacer manualidades, veían películas y esta vez armaban un lego de un castillo gigante.

Los dedos de Taeil picaron suavemente el pie descalzo de Haechan, haciéndolo reírse mientras colocaba una pieza, ante la atenta mirada de Renjun que también sonrió.
Los tres miraron hacia la puerta al escuchar la llave girar y Haechan corrió a recibir a Johnny, saltandole a los brazos de forma brusca apenas lo vió.

– Papi Johnny hola, te hice una galleta de jengi.

– ¿Sólo una?

– Si la veidá poique estás bien panzón.

Bear Family 🐻 JohnilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora