Hello future: pt 3

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Johnny irrumpió en la habitación de su hijo, pensando seriamente en ofrecerle a Taeil llevarlo al departamento pues ya era muy tarde.

No se esperaba verlo junto a Haechan en la cama, devorando ambos una cacerola repleta de ramen con mucho gusto y ataviados en pijamas.
La que Taeil usaba fue una de las pocas que dejó y que él mismo le había obsequiado un catorce de febrero, con estampados de corazones por todos lados.

- Pensé que ya te habías dormido papá, mi papi se va a quedar conmigo hoy. ¿Quieres hacer pijamada con nosotros?

Johnny sonrió a su hijo y pensó por un momento en aceptar, pero luego notó a Taeil intentando disimular la incomodidad por la invitación y decidió huir de eso y no arruinarle su momento con Haechan.

- Paso, están viendo esa película horrible otra vez.

- ¡No es horrible papá! Es lo más romántico del momento.

Taeil rió bajito, acomodándose en la cabecera para usarla de respaldo.

- ¡Papi! Estás sentado sobre mi almohada, ahora olerá raro.

Johnny y Haechan tuvieron un ataque de risa mientras Taeil apartaba la almohada y enrojecía de vergüenza, sonriendo nervioso y desviando la mirada.

- Ahora voy a esconderla de ti, papá John, no vayas a llevártela y hacer cosas raras con ella sólo porque estuvo en el trasero de mi papi.

- ¡Haechan!

Taeil se aclaró la garganta, tratando de mantenerse serio, aunque la verdad tenía muchas ganas de reírse. Y Johnny no tenía problemas en demostrar la alegría que le causaban las bromas de su hijo y hasta se unió a él.

- Si hijo, escóndela de mi por favor.

Ambos no podían parar de reír mientras Taeil los miraba con pánico; había creado unos mounstros. Johnny se aclaró la garganta, dándose cuenta de lo bobo que se estaba viendo frente a Taeil.

- Bueno, entonces yo los dejo. Me iré a dormir.

- Mmm, antes de que te duermas ¿Nos podrías preparar fresas caramelizadas? Es que te quedan muy ricas, ándale ¿Si? Y waffles con chocolate.

Johnny se desordenó el cabello y se iba a negar por todo el desorden que preparar eso implicaba, pero los ojos brillantes de Taeil lo hicieron aceptar: conocía bien la mirada que hacía cuando deseaba algo.

- Está bien, trataré de apurarme.

- Gracias papá.

Johnny se fue al piso de abajo a preparar todo con esmero y aunque Taeil consideró ayudarlo, lo mejor era no quedarse a solas con él. Lo había estado evitando de manera épica los últimos meses.

- ¿Por qué no me dijiste a mi que lo preparara, solecito? Pudimos tener todo listo y no desvelar a tu padre.

Haechan sonrió de lado, guiñando un ojo.

- Sólo estoy aprovechando que está enamorado de ti. A mí me diría que es demasiado tarde para cocinar esas cosas.

- Eso es malvado, Hae.

- ¡No lo es! Cuando estás enamorado te hace felíz demostrarlo. Seguro él se sentirá muy bien si le dices que quedó rico. Lo hace por ti, papi. Sólo recíbelo y sé felíz.

El adolescente se acurrucó casi sobre él y continuaron mirando la película. Pero para su desgracia, ya sabían que no tenía un final felíz.

- Aquí está. Ya llegó el cheff.

Johnny apareció por fin, había dejado un delicioso aroma a cálido caramelo en toda la casa. Dejó la charola en medio de la cama y se sentó sobre los pies de Haechan, fingiendo ver la película.

Bear Family 🐻 JohnilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora