Bodoque

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– Adelante.

Johnny apartó la mirada de los documentos que revisaba en su computadora para dirigirla a la puerta de su oficina, esperando una respuesta que no hubo. Pensó que quizá se habían equivocado al tocarla y volvió a lo suyo, porque tenía un montón de trabajo pendiente. Quería darse prisa para poder disfrutar del fin de semana totalmente libre con su familia.

– ¿Quién es?

Rodó los ojos cuando la puerta sonó nuevamente de forma insistente y se levantó para abrir y sorprender a quien fuera que estaba haciendo aquello, sin embargo su expresión se suavizó al instante al ver quién había ido a verlo.

– Hola precioso.

Tomó la cintura ajena para besarlo, siendo correspondido de inmediato. Lo guió al interior de la oficina, ayudándolo a empujar la enorme carreola dentro.

– ¿Te hice enojar?

– Claro que no. Eres la visita más agradable, mi amor. Ven siempre que quieras.

Taeil se puso de puntitas para abrazarlo y ambos disfrutaron del aroma y calor ajeno durante un buen rato, dándose besitos en las mejillas y en el cuello. El pelinegro lo sostuvo del mentón para besar sus labios, jugando con su lengua.

– ¿Cómo está?

Johnny se acercó a la carreola, apartando suavemente el toldo para poder ver a su bebé, que dormía con los bracitos extendidos y la boca un poco abierta. Tomó una de sus manitas y la llenó de besos, siendo cuidadoso en no interrumpir su descanso.

– Comió mucho y se quedó dormido en el camino. Estuvo jugando con su tapete nuevo.

– Está hermoso.

– ¿Yo también estoy hermoso?

Johnny le sonrió de lado, asintiendo de inmediato.

– Eres el más más hermoso. Me encanta tenerte aquí, mi amor. No puedo creer lo bello que eres. – Johnny le besó el cuello, poniéndolo nervioso. – ¿Quieres que te consienta un rato?

– Me encantaría. Peero. – Taeil se apartó un poco para mirarlo con una sonrisita y poniendo las manos en sus hombros para poner algo de distancia. – En realidad vine a dejarte a tu bodoque. Taeyong y yo vamos a salir aprovechando que Dejun y Dery se llevaron a los niños al acuario.

– ¿Ah sí? ¿Y a dónde van?

– Merecemos un descanso. Sin darles explicaciones a ustedes. Somos libres hoy.

Johnny sonrió indignado ante esa respuesta y negó con la cabeza, acariciando de nuevo la cintura de Taeil. En realidad Taeyong y él irían a hacerse una limpieza dental, a comprar ropita para sus bebés, luego a un spa dónde también se arreglarían el cabello y luego iban a cenar a un café, pero querían verse misteriosos ante sus esposos y darles algo de celos.

– Qué malo eres. No eres libre mi amor.

– Si lo soy.

– Estás casado conmigo Taeyomi.

– ¿Y eso qué?

– Si yo quiero, vas a suplicar que no te deje ir. Estás tan hermoso que te lo haría aquí mismo cómo tanto te gusta. – Taeil suspiró, intentando apartar los labios ajenos de su cuello.

– Hace mucho que no me lo haces aquí, papi...

– Lo sé mi amor. Y sé cuánto te gusta.

– Taeyong y-ya me está esperando...

– Te dejó ir sólo porque quiero que te diviertas mucho mucho.

– En la noche también tú te vas a divertir.

Bear Family 🐻 JohnilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora