Cinco años

431 59 20
                                    


Desde que su bebé ya no era un bebé en el sentido más estricto de la palabra, se había vuelto mucho más independiente y el momento que Taeil y Johnny temían llegó.

Ya no quería dormir más con ellos. Quería dormir con Haechan y compartir habitación con su hermano como un niño grande, por lo que sus papás se dieron a la tarea de preparar la recámara para que ambos niños estuvieran cómodos.

John aprovechó esas últimas noches mientras acondicionaban los últimos detalles para abrazarlo y acurrucarse con su pequeñín. Se esforzaba porque Lele se abrazara a él o durmiera sobre su pecho igual que cuando era más pequeño y cuando lo lograba se ponía muy felíz, aunque cuando el niño despertaba no le gustaba mantener tanto contacto físico y se apartaba con el ceño fruncido.

Haechan estaba muy contento de recibir a su hermanito, sobre todo porque sus papás juntaron las dos camitas para formar una sola pues en invierno preferían que sus hijos durmieran juntitos para mantenerse calientitos y a Haechan le gustaba mucho dormir acompañado. Se las arreglaron para acomodar todos los libros y colecciones de piedras, hojas, equipo de natación, básquet y bicicleta de Chenle y los Sylvanians, cosas de fútbol, de danza y de repostería de Haechan. Su cuarto les gustaba mucho porque cada uno tenía su espacio.

Taeil y John los arroparon en su primer noche juntos. Les dieron un gran beso en la frente y los acompañaron hasta que se quedaron dormidos, apagando el proyector de estrellitas antes de salir. Lele dormía del lado de la pared, dándole la espalda a Haechan que lo abrazaba sin ser muy encimoso.

Taeil notó que Johnny estaba algo distante y se acurrucó a su lado, besándole el cuello.

– ¿Qué pasa? ¿En qué piensas tanto?

El alto le acarició el cabello y sonrió, restándole importancia. Besó su frente y ordenó sus sedosos cabellos cafés algo rizados. Taeil ya usaba la plancha muy ocasionalmente, dejando su cabello natural que a John tanto le gustaba.

– Dime. Ándale.

– Es sólo que es extraño dormir sin bebé ¿No crees? Ya estaba muy acostumbrado.

– Fueron casi diez años durmiendo siempre con alguno de nuestros bebés. – susurró Taeil, dándole la razón. – El tiempo se va muy rápido.

– Demasiado rápido.

– Hazme otro bebé y ya no estamos solos.

John le sonrió de lado y rozó sus narices.

– Seguramente fuiste mi esposo en otro tiempo y tuvimos unos cuantos hijos más.

– ¿Qué es para ti unos cuantos más?

– Mmm, diez o quince no me parecen muchos.

Taeil sonrió y negó con la cabeza, asustándose de tan sólo pensarlo.

– Estás loco.

– Por ti. Te buscaría en cada vida que pudiera.

El bajito le besó la frente y jugó con sus largos cabellos negros.

– Siento que antes me consentías mucho. A veces siento que ya no me amas...

John tomó su mentón y acarició sus pómulos con dulzura, frunciendo el ceño.

– No digas eso. Te amo muchísimo y lo sabes amor. Siempre te consiento y trato lindo.

Taeil se dejó llenar de besitos y sonrió divertido, besándole la nariz.

– Quiero jubilarme cuando Haechan entre a la universidad. – anunció Johnny, entrelazando sus dedos. – O al menos trabajar totalmente en casa.

– Eso sería genial. Estaríamos más tiempo juntos.

Bear Family 🐻 JohnilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora