Bear Family 🐻 Johnil

Decisión

– Poblecito bebé Lele. Ya tienes hamble veidá.

Haechan dejó de jugar con sus carritos en la alfombra de sus papis y se movió alrededor de su hermanito, que apenas despertó lloró bajito. Escaló para subir a la cama y acercarse a él, dándole besitos en la pequeña mejillita. Hizo un puchero, viendo que seguía llorando, pero antes de revisarlo se aseguró de que sus ternurines estaban bien acomodaditos en la almohada de sus papis. Hasta los cubrió con una cobijita de Lele.

– ¡Papi Taeil! ¡Lele está llolando!

Probablemente Taeil no iba a escucharlo, pues estaba ocupado haciendo el desayuno y Johnny estaba lavando la terraza. Haechan suspiró y llevó el pulgar a la boca de su hermanito para que no llorara mientras esperaba ser alimentado. Sonrió con ternura cuando Chenle succionó su dedo con desesperación y dejó de llorar, aún así él quería que sus papás le dieran de comer rápido. Pobrecito.

– ¡Papi Taeil! ¡Pofavoit ven lápido!

El niño se exasperó porque no tuvo respuesta. Chenle lo miraba fijo, aún siendo engañado.

– Mientlas vienen te voy a contait algo la veidá. El otlo día en la escuela no le entendí a las sumas de bolitas la veidá. Y qué clees que hice. – Haechan sonrió malvado, mirando a su hermanito, que curiosamente siempre le sostenía la mirada como si entendiera todo lo que le contaba. – Le copié a Jeno la veidá. Pelo Jeno estaba mal en todas entonces la maeta dijo que ya no nos iba a sentait juntos. Pelo luego se le olvidó la veidá. Ya no le voy a copiait a Jeno, mejoi le digo a Makku en el lecleo que me ayude.A Renjun no poique se enoja bien lápido si no le entiendo. O a papi Johnny que me explique. Papi Johnny siemple me explica las taleas y poit eso soy listo la veidá. Tengo pulo diez. Tú también tienes que tenei pulo diez cuando seas mayoit como yo Lele.

Chenle soltó el pulgar de Haechan, sollozando por el hambre que sentía. El niño suspiró y se acostó a su lado, abrazándolo a su pechito.

– Tlanquilo heimano. Yo te voy a llevait poique ellos no vienen veidá.

Haechan se las arregló para tomar en brazos a su hermanito. Bajó de un enorme salto de la cama, cuidando en todo momento la cabecita de Chenle, que a estas alturas ya tenía el cobertor en la cintura y había dejado de llorar de nuevo.

Cómo se esperaba, Taeil estaba preparando hotcakes. Haechan sonrió orgulloso cuando vió la espalda de su papá y más aún cuando llamó su atención dándole un toquecito en su brazo.

– Papi te tlaje al bebé Chenle pala que le des de comeit. Pofavoit está llolando.

Él se sentía el mejor de los hermanitos mayores del mundo, pero esa sensación de satisfacción cambió al ver el horror en la cara de su papi Taeil. El pobre Chenle apenas y podía ser sostenido por su hermano, se balanceaba algo chueco aún si Haechan estaba siendo muy cuidadoso con el cuerpecito de dos meses.

– ¡Mi vida! ¿Pero cómo lo bajaste de la cama corazón?

– Pues así papi. Lo cargué y ¡pum! Di un salto al piso la veidá.

Taeil apagó el sartén y cargó con cuidado a Chenle, que instintivamente se hizo bolita en su pecho.

– ¿Qué pasa aquí? – Johnny abrazó a Taeil por la cintura, besándole el cuello y mirando fijo al bonito bebé en sus brazos. Todos en casa estaban enamorados de Chenle.

– Es que Lele despertó y Haechannie quiso ayudarnos. Y él solito lo trajo aquí.

El americano y él se miraron preocupados y sosprendidos. Haechan a veces se sentía mucho más mayor de lo que era.

– Amor hermoso, no debiste hacer eso mi vida. Tu hermanito se te podía caer. – Johny le acarició los cabellos mientras le explicaba, sonriendole con ternura. Los bonitos ojos de Haechan se llenaron de tristeza por las expresiones de sus papás.