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Banbury, Oxfordshire (15 de febrero del 2022)

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Banbury, Oxfordshire (15 de febrero del 2022)

En el momento en el que puse de nuevo un pie en aquella casa, sentí un escalofrío que recorrió toda mi espina dorsal. El hogar de los Horner me traía demasiados recuerdos; algunos buenos y otros no tanto, pero todos habían quedado en el pasado.

Habían sido más de tres años en los que mi vida había sido un conjunto de subidas y bajadas hasta encontrar aquel punto de estabilidad. Me había costado, pero lo había logrado. Habían sido muchas noches en vela; muchas noches en las que me había cuestionado cada paso que había dado, cada palabra, cada momento al lado de... él.

Decir su nombre todavía me costaba. Todavía removía algo en mi interior, por mucho que me costase admitirlo. Suponía que siempre sería así. Él había sido una persona importante en mi vida, alguien que me había rescatado de un pozo muy profundo. Él era difícil de olvidar.

Presioné el timbre después de ajustar mi abrigo correctamente, colocando el bolso sobre mi hombro, esperando con ansias a que alguien abriese la puerta.

-¡Abigail! -exclamó Christian. Y, tan pronto como abrió la puerta, me abrazó con fuerza. Lo hizo como si hubiese pasado una eternidad desde la última vez que lo había hecho. Y es que era así. Habían sido casi dos años sin vernos. Casi dos años en los que yo había abandonado Inglaterra, dejando todo atrás. -¡Mírate! Estás increíble -volver a ver su sonrisa me reconfortó.

-Estoy igual que siempre -sonreí ligeramente con su mano posada en mi espalda, empujándome de forma sutil para que entrase en casa.

-No es cierto. Has cambiado a mejor. Eres más... mujer -de otra persona lo habría tomado como un ataque, como una forma sutil de decirme que había envejecido. Pero Christian no era así. Sabía que lo decía como algo positivo.

Y no le faltaba razón. Mi vida había cambiado, y yo también lo había hecho. Me había cortado el pelo y apenas me llegaba más allá de los hombros. También había adelgazado, pero aquello solo había sido un efecto colateral de la marcha de... él.

-Me alegro de que estés de vuelta en Londres, Abigail. Sé que Australia puede ser increíble, pero no hay nada como Inglaterra -aquella era su forma de decir que me había echado de menos. No hacía falta que lo dijese, lo notaba en su mirada y en cómo me había abrazado nada más entrar.

-Yo también te he echado de menos -bromeé antes de dejar un beso sobre su mejilla.

-Todos aquí te hemos extrañado. Geri no para de comentar cada detalle de tu vida cada vez que habláis por teléfono. Incluso Max ha preguntado por ti.

Puedo sentir cómo su nombre se clava en mi pecho como si se tratase de una puñalada. Hacía tiempo que no lo escuchaba más allá de mis sueños, y seguía doliendo como si se tratase del primer día. Siempre sería una traición difícil de olvidar.

Incontrolable | Max Verstappen +18 (Imparable Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora