XXIV.

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Abby

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Abby

Me ajusté las gafas de sol en el mismo instante en el que Max decidió salir de la piscina. Con los ojos cubiertos por el cristal oscuro, mi mirada cayó hacia su abdomen. Las gotas de agua caían por su pecho, que brillaba bajo la luz del sol, y yo tuve que apretar la mandíbula para que no se me abriese la boca de estupefacción.

Jamás dejaría de sorprenderme la capacidad que tenía Max de generar aquel fuego interno en mi cuerpo. Bastaba una simple mirada, un gesto o una sonrisa. Era jodidamente perfecto; daba igual la situación.

-Abby, cariño... Disimula un poco -susurró Heidi a mi lado, que tomaba tranquilamente el sol mientras acariciaba su ya visible tripa.

-¿Tanto se me nota? -pregunté quitándome las gafas de sol, poniéndolas encima de mi cabeza, a modo de diadema para el pelo.

-No... Es simplemente que lo vas a desgastar de tanto mirarlo.

-Joder... -me lamenté poniéndome de nuevo las gafas, porque Max había decidido agitar su cabello para quitar el exceso de agua, y aquella era una imagen que yo no me podía perder.

Me fijé en cada gota que caía de su pelo, en cómo pasaba las manos entre los mechones en un intento por peinarlo. Suspiré como una idiota, y Heidi no pudo contener una carcajada que no hizo más que avergonzarme ligeramente. Podía llegar a ser realmente humillante el hecho de que Max pudiese hacer lo que él quisiese conmigo.

-¿Cuándo se aprende a disimular que un tío te vuelve jodidamente loca? -pregunté sin apartar la vista de él, que parecía estar demasiado entretenido dando toques a un balón de fútbol en un círculo que los chicos habían formado en el campo.

-Le estás preguntando a la persona equivocada, Abby -rio acariciando su barriga. -Pero no entiendo por qué deberías disimular...

-Porque no quiero que piense que voy a caer rendida a sus pies una vez más...

-Pero es que ya estás rendida a sus pies una vez más -me lo recordó y yo asentí sin quitar ojo a Max. Joder... Estaba en bañador, dando toques a un balón, con el pelo revuelto, y yo loca por él. -¿Por qué no te tomas estas vacaciones con calma y simplemente te dejas llevar?

-Pero es que ya me dejé llevar muchas veces con Max, y todas salieron mal...

-Pero Max ha cambiado -me interrumpió Heidi antes de que yo pudiese seguir hablando. -Mira, sé que igual no debería meterme... Pero Max no ha dejado de hablar de ti en todo el mes.

-Pero las palabras se las lleva el viento...

-Abby, te llevarás una sorpresa agradable, créeme -levanté las gafas de sol para mirarla con una ceja enarcada. Ella simplemente sonrió antes de volver a poner su cara al sol.

-¿A qué te refieres con "una sorpresa agradable"? -pregunté muy intrigada, porque sabía que se escondía algo detrás de aquella sonrisa.

-No puedo decirte nada más... Tan solo confía en mi. Disfruta de estas vacaciones, Abby. Yo sé que te van a gustar - dijo volviendo a mirarme a los ojos. Y fue una mirada cálida, llena de cariño.

Incontrolable | Max Verstappen +18 (Imparable Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora