Se separaron. Ella tomó el camino de la derecha, y él tomó el de la izquierda. Pero olvidaron que el mundo es redondo.
Libro 2 de la saga Imparable | Max Verstappen.
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Milton Keynes, Buckinghamshire (17 de febrero del 2022)
Pisar de nuevo la sede de Red Bull hizo que se removiesen todos mis sentimientos. La última vez que había estado allí no me traía buenos recuerdos. Había abandonado aquel lugar más de tres años atrás, y lo había hecho completamente destrozada; con el corazón hecho añicos. Y volver a ese sitio tan solo conseguía que todo volviese a parecer demasiado real.
Christian me había citado aquel día para una reunión, y yo rezaba por que hubiese conseguido un puesto para mi en Alpha Tauri. Porque me moría por volver a trabajar en aquello a lo que amaba, pero necesitaba que fuese lejos de... esa persona. Había alcanzado una estabilidad mental y personal que jamás habría sido capaz de imaginar tres años atrás, y necesitaba que siguiese siendo así.
-Adelante -la voz de Christian resonó al otro lado de la puerta de su despacho en el instante en el que la golpeé con mis nudillos, pidiendo permiso para entrar. -¡Qué alegría volver a tenerte aquí! -su rostro pareció iluminarse en cuanto entré y me senté frente a él.
Abrió un cajón de su escritorio y, seguidamente, dejó caer una bolsa sobre la mesa. Una bolsa con el uniforme de Red Bull. Volví a mirarlo a los ojos, arqueando una ceja, porque parecía haber ignorado por completo la petición que le había hecho unos días atrás.
-Christian, ya te lo dije el otro día. No pienso volver a Red Bull.
-Ni siquiera has escuchado mi propuesta -respondió sonriente. Sabía lo que trataba de hacer; convencerme para que me quedase.
-No estoy interesada.
-Quiero que seas la encargada de prensa.
-¿De quién? Ya te he dicho que no pienso trabajar con él -Christian volvió a sonreír, negando con la cabeza.
-No me has entendido, Abigail. Quiero que seas la encargada. No irás con nadie; tú organizarás todo, te reunirás con sus responsables de prensa y les darás las instrucciones sobre lo que deben hacer. -me quedé en silencio, analizando todas y cada una de sus palabras, porque parecía demasiado bueno para ser verdad. -Abigail, te estoy ofreciendo un ascenso -rio al darse cuenta de que era incapaz de reaccionar.
-¿Y qué hay de él?
-No tenéis porqué veros. Tan solo te reunirás con su responsable de prensa.
-Suena demasiado perfecto para ser verdad, ¿sabes?
Él tan solo rio, poniendo unos papeles sobre la mesa junto con un bolígrafo. Suspiré, porque en el fondo me moría por volver, pero no sabía si estaba realmente preparada.
-Una firma y todo volverá a ser como antes.
-No quiero que vuelva a ser como antes -protesté, y él echó la cabeza hacia atrás, claramente exasperado.
-Sabes lo que quiero decir, Abigail... -susurró acercando los papeles a mi lado de la mesa, ofreciéndomelos para firmarlos.
-¿Puedo pensarlo? -en cuanto escuchó mis palabras, cerró los ojos y negó con la cabeza.
