Abby
Dejé los papeles sobre la mesa del despacho de Christian, que me miró sonriente en cuanto levantó la vista. Había conseguido lo que se había propuesto en algún momento. Había firmado el maldito contrato, a pesar de que sabía que me estaba metiendo en la boca del lobo. Con esa persona rondando las oficinas... joder, todo iba a ser más complicado.
-¡Vaya! ¡Has firmado! ¡Qué sorpresa! -bromeó Christian guardando los papeles en uno de sus cajones.
-Te odio... -susurré negando con la cabeza, intentando ocultar la pequeña sonrisa que se dibujaba en mis labios.
-Me odiarás un poco menos cuanto veas tu cuenta bancaria a fin de mes.
-Es la única razón por la que he firmado -para ser sinceros, llevaba demasiado tiempo en números rojos, siendo prácticamente mantenida por Ethan. Y yo me sentía una mierda.
-Claro que sí, Abigail. Esa es la única razón.
-Dios, que te den -dije girándome hacia la puerta. Odiaba cuando empezaba con sus bromas, aquellas que me hacían dudar hasta a mi, y conseguían que me odiase a mi misma.
-Espera -pidió, haciendo que me volviese hacia él. -Mañana tenemos la fiesta de la empresa de todos los años. Me gustaría que estuvieses allí -se refería a la que hacíamos cada año justo antes de empezar la temporada.
Mi mente, de forma traicionera, viajó a la de hacía tres años. Viajó a esa persona. Su rostro pegado al mío y nuestras respiraciones mezclándose en una sola. Lo recordaba como si acabase de suceder en ese mismo instante.
-¿Puedo llevar acompañante? Ethan ha vuelto antes de lo esperado, y me gustaría que pudiese venir conmigo -Christian tan solo enarcó las cejas mientras una leve sonrisa se dibujaba en su rostro.
-Si eso es lo que quieres, adelante. Sé de uno que estará encantado al ver a tu acompañante.
-Me importa una mierda lo que piense esa persona.
-Es Max, Abigail. Su nombre es Max. Te vas a casar; supera el pasado al menos.
-Dios, que te jodan -susurré entre dientes antes de salir del despacho, dejando atrás su risa victoriosa. Porque había conseguido lo que quería: que me sonrojase y me pusiese más nerviosa de lo que pudiese llegar a imaginar. Y tan solo había sido por el simple hecho de mencionar su nombre. Solo su maldito nombre.
Max
Recorrí el salón con la vista, con la copa en mi mano, por millonésima vez. Y al fin la vi. Estaba jodidamente deslumbrante. Tan solo necesitaba un vestido negro corto, manga larga y escote pronunciado. Porque el vestido no importaba, sino lo que este envolvía.
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Incontrolable | Max Verstappen +18 (Imparable Libro 2)
عاطفيةSe separaron. Ella tomó el camino de la derecha, y él tomó el de la izquierda. Pero olvidaron que el mundo es redondo. Libro 2 de la saga Imparable | Max Verstappen.