XXI.

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Circuito de Silverstone, Gran Bretaña (3 de julio del 2022)

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Circuito de Silverstone, Gran Bretaña (3 de julio del 2022)

Abby

Tan pronto como me adentré en el paddock, los recuerdos se adueñaron de mi mente. No rememoré los buenos momentos vividos en aquel circuito; todas las experiencias que había tenido a lo largo de los años. Lo único en lo que pensé fue en el año anterior.

Silverstone 2021.

El accidente de Max; aquel que había visto desde casa, llorando en silencio mientras Ethan dormía tranquilamente, ajeno al estado en el que me encontraba en el salón. Eran altas horas de la madrugada en Australia y, aún así, pasé la noche en vela llamando a Geri para preguntar por el estado de Max.

No había tenido ningún tipo de contacto con él después de que se hubiese ido y, a pesar de ello, había sido incapaz de dormir pensando en cómo estaría. Había obligado a Geri a prometer que jamás diría nada de aquella llamada. Me avergonzaba demasiado el hecho de estar aterrorizada por lo que pudiese pasarle.

Todavía recuerdo perfectamente el momento en el que su coche impactó con las barreras de protección, levantando una gran polvareda que lo había opacado todo. Durante unos segundos, fue imposible ver desde casa lo que estaba sucediendo. Y ese fue el momento exacto en el que sentí cómo mi corazón se paraba. Mis manos comenzaron a temblar y las primeras lágrimas cayeron por mis mejillas mientras los comentaristas trataban de rebajar el nerviosismo. Pero era imposible. Todo el mundo era consciente del enorme impacto que Max había sufrido; a esa velocidad, cualquier pequeño golpe podía ser mortal.

Tan solo volví a respirar cuando lo vi moverse dentro del coche y levantarse poco a poco de su asiento. Lo hizo prácticamente tambaleándose. Estaba mareado y ligeramente desorientado; fue fácil de ver cuando se quitó el casco mientras el médico lo escaneaba en pleno directo, con las cámaras apuntando directamente a él.

Me llevé la mano al pecho cuando Max levantó la mano para saludar a la gente; un pequeño gesto que me ayudó a tranquilizarme. Acababa de producirse el momento más estresante de toda mi vida, y había sido exclusivamente por él. Y es que, a pesar de estar separados, no quería ni imaginar que algo pudiese pasarle.

Por eso, en cuanto entré en el paddock, sentí la necesidad de hacer algo que llevaba mucho tiempo sin hacer. Entré en el hospitality de Red Bull, pero en vez de quedarme allí, rodeada de mis compañeros, fui directamente a la sala en la que Max se estaba preparando, junto con su entrenador, para la carrera.

Golpeé varias veces la puerta hasta que la voz de Max me invitó a pasar. Y, cuando lo hice, su sonrisa iluminó el lugar. Se encontraba vestido tan solo con su mono, atado con las mangas a la cintura, y su camiseta ignífuga, la cual se ajustaba a su torso a la perfección, dejando intuir lo que se escondía debajo de ella.

-Venía... a desearte suerte -susurré algo avergonzada, porque odiaba mostrarme tan vulnerable e indefensa. Y no era por Max, sino por Bradley, que se dio cuenta al instante de lo que sucedía.

Incontrolable | Max Verstappen +18 (Imparable Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora