VIII.

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Abby

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Abby

Londres, Inglaterra (19 de abril del 2022)

Me temblaban y me sudaban las manos cuando me adentré al salón de casa donde Ethan se encontraba sentado frente a la mesa, ultimando los detalles para su próximo viaje. Había esperado hasta el último día antes de que se fuese para que tan solo se tratase de unas horas de infierno en vez de días de sufrimiento.

-¿Podemos hablar un momento? -lo pregunté con la voz temblorosa, atemorizada por cómo reaccionaría. Pero ni siquiera se dignó a girarse para mirarme. Simplemente me dio la espalda para seguir trabajando en su ordenador.

-Sabes que no tengo tiempo. Me voy en un par de horas -sí, se iba de viaje una vez más. Y yo daba las gracias porque así fuese, porque cada vez se hacía más y más difícil convivir con él. Cada vez se hacía más difícil soportar los gritos, las prohibiciones, el tener que ocultarme cada vez que Max me enviaba un mensaje.

-Es importante -insistí jugando con mis manos, cada segundo más nerviosa que el anterior.

-¿Qué pasa ahora? -preguntó girándose en la silla para, finalmente, mirarme. Me congelé; joder, entré en pánico cuando clavó sus ojos en los míos. Era como si, de pronto, me hubiese petrificado. -¿Vas a quedarte ahí? -negué rápidamente al ser consciente del tono de voz. Era autoritario, exigente.

-No... -susurré acercándome a la mesa lentamente. -Yo... -quería encontrar las palabras correctas y, a pesar de haber estado dándole vueltas a la cabeza durante horas, me sentía incapaz de enfrentarme a él.

-¿Piensas hablar o puedo seguir trabajando?

-No, eh... -él suspiró, y sus ojos verdes volvieron a posarse sobre la pantalla del ordenador. -Sé que ya hablamos esto pero... No quiero seguir adelante con la boda -su cuello giró rápidamente y su mirada, tan fría como el mismísimo hielo, se clavó en la mía, que era la de una persona aterrorizada.

-Tú lo has dicho. Ya hemos hablado de esto -bajó la pantalla de su portátil, dando por finalizado el trabajo, centrando toda su atención en mi. Y cualquier resquicio de valentía que quedaba en mi, se esfumó en el momento en el que se levantó de la silla. Su altura era imponente comparada con la mía, y me hizo sentir todavía más pequeña.

-Ethan, yo... No soy feliz; necesito seguir con mi vida -sonó casi como un ruego. Y es que, en realidad, lo era. Estaba rogando porque me dejase huir, porque me dejase vivir mi vida lejos de él. Era jodidamente patético, pero era la realidad.

-¿Necesitas seguir con tu vida o necesitas follarte al otro? -tragué saliva, porque vi cómo las venas de su cuello comenzaban a hincharse por el enfado y la frustración. Y aquello solo era un signo de lo mal que podía acabar todo.

-No soy feliz contigo. Tan solo... cancelemos la boda y seamos felices viviendo cada uno nuestra vida -tan pronto como terminé la frase, su mano agarró con fuerza mi muñeca, tal y como lo había hecho la noche en la que recibí el primer golpe. Y presentí que se acercaba el segundo.

Incontrolable | Max Verstappen +18 (Imparable Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora