(𝐍𝐨)𝐬(𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬) || Gavi

2. ¿El del Barça?

Irene vino a ponerle las sábanas a la cama y se fue. Yo estaba con mi hermano hablando de lo que íbamos a hacer este verano.

—Molaría irnos a las maldivas este año— dijo mi hermano poniendo su móvil en la mesa de al lado.

—Quita el móvil de ahí— le dije.

—¿Por qué? Si no hay nadie en la otra cama—.

—Ya si, va a venir un chico qu-

Entró un chico agarrado de dos enfermeras. Mi hermano y yo nos miramos muy sorprendidos.

—Este es el del Barça ¿no?— le susurré y el asintió.

—Sí— dijo el chico —soy yo— dijo cansado mientras se tumbaba en la cama. Lo dijo sin saber siquiera si estábamos hablando de él

—Gavi tío— se levantó mi hermano —Acabo de ver tu partido, eres un máquina— dijo acercándose.

—No tanto— dijo este riéndose mientras se tocaba la cabeza.

—No ve que ostión te has dado— dijo mi hermano riéndose.

—¡Guillermo!— le llamé la atención y Gavi me miró. Mira que mi hermano es mas mayor que yo, pero yo creo que tengo más cabeza que él.

—No, si no pasa nada, si yo también me estoy riendo, si tiene razón— dijo riéndose.

—Yo es que no lo he visto— dije refiriéndome al partido.

—Esta es que es del Madrid, no sabe de fútbol— dijo mi hermano.

—¿Del Madrid?— preguntó sorprendido y yo asentí.

Gavi puso una cara un poco rara.

—Hola Sophia— dijo Irene entrando por la puerta.

—Hola Irene— dije sonriendo.

—¿Te ha caído bien Pablo?—.

¿Pablo o Gavi?

—¿Tu sabías que venía él?—.

—Pues claro— dijo riéndose.

—¿Y por que no me lo has dicho? Que mala eres— reí.

—Bueno Guillermo, son las ocho ya— le dijo a mi hermano.

—¿Ya?— dijo mi hermano —Que pereza— se quejó.

—¿Qué pasa a las ocho?— preguntó Gavi.

—Me tengo que ir a trabajar— dijo mi hermano.

—¿A estas horas?— volvió a preguntar Gavi.

—Sí— respondió mi hermano cogiendo sus cosas.

Mi hermano entraba a trabajar a las ocho y media. Esta trabajando de repartidor en el Burger King para poder pagar el alquiler del piso. Él en verdad esta terminando de estudiar su 3º año de la carrera de Ingeniería aeronáutica, ya el año que viene es su último año.

Se fue y me despidió con un beso en la mejilla. De Irene y de Gavi se despidió con un Adiós.

Cuando se fue nos quedamos los tres solos y seguimos hablando. El problema llegó cuando se fue Irene, ya que Gavi y yo no hablábamos mucho, estábamos en un silencio total.

—¿Y a ti que te ha pasado?— me preguntó Gavi para romper el silencio.

—No lo entenderías— reí.

—No, venga cuéntamelo— pidió.

Le conté lo que me pasó aquel día.

—Ostia, que putada ¿no?— me dijo.

—Si— me puse a jugar con mis manos.

—Y no te han hecho pruebas para saber si es...— le corté.

—Sí, si me las han hecho pero dicen que no ven nada raro, por ahora— recalqué las últimas dos palabras.

—Joder— suspiró.

—¿Se puede?— pegó alguien en la puerta.

Entró y vi que eran mis padres, acababan de salir de trabajar. Fueron corriendo a darme dos besos, no se porque me lo dieron tan apurados si me habían visto esta mañana.

—¿Gavi?— dijo mi padre al verlo.

—Papá tío— dije avergonzada.

—Sí, soy yo— dijo riéndose.

Y mis padres se echaron una foto con Gavi. Que vergüenza, menos mal que solo vienen a verme mis padres y mi hermano porque sino...

Después se terminó la hora de visita a las nueve y mis padres se fueron. Nos volvimos a quedar solos.

—Perdón por lo de mi familia— le dije.

—No te preocupes, ya estoy acostumbrado— respondió —además, me hace falta un poco de compañía, que sino me aburro—.

Alguien como yo.

—¿Y tu familia?— pregunté.

—En Sevilla—.

—¿Viven allí?— Gavi asintió —Los míos se han tenido que alquilar un piso aquí en Barcelona para poder venir diariamente. Ellos viven en Málaga—.

—A mi me gustaría ir algún día a Málaga—.

—Pues si algún día vas, llámame y te la enseño—.

—Te llamaré— sonrió y nos reímos los dos.

Este chico me está cayendo súper bien y no llevo ni 3 horas hablando con él.