12. Comunicación

3.3K 101 4
                                    

Al día siguiente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al día siguiente...
Al final, después de tanta conversación, Gavi y yo nos dormimos a las cuatro de la mañana. Y por eso, nos acabamos de levantar ahora, a las doce de la mañana casi y porque nos ha levantado mi hermano sino...

—¿Qué os ha pasado hoy a los dos?— dijo mi hermano abriendo las cortinas y entró toda la luz.

—No, no, cierra— dije tapándome la cara y girándome para el otro lado.

—Sophia, que son las doce menos cuarto y tienes que ponerte el tratamiento— dijo viniendo hacia mí.

—Que me da igual— dije tapándome con la manta hasta la cabeza.

Gavi bostezó y se levantó.

—Sophia venga— dijo quitándome la manta de la cabeza.

—Joder— me quejé con las manos en la cara —Que asco— dije abriendo los ojos mientras los intentaba  mantener abiertos.

Me puse con el móvil para espabilarme hasta que llegarán las doce. Cuando llegaron, me fui con mi hermano a ponerme el tratamiento y hice lo mismo que ayer, me senté y me puse hablar con mi hermano. No quería dormirme allí porque había mucha gente y porque eso duraba una hora solo, no iba a dormir tan poco, ya me esperaba a la habitación.

Cuando terminé de ponerme el tratamiento tenía más sueño todavía. Cuando llegué a la habitación vi a los padres de Gavi alrededor de su cama pero no vi a Gavi.

—Ay, hola— me sonrió la madre.

—Hola— le devolví la sonrisa —¿Y Gavi?— pregunté.

—Ha tenido que ir a hacerse unas pruebas que tenía que haberse hecho ayer. No se porque no se las hizo ayer—.

Me acordé de la conversación que tuve con Gavi ayer antes de irnos al tratamiento. No me puedo creer que tuviera que hacerse algo de verdad y lo dejase para más tarde.

—Pues no sé, yo no sabía que Gavi tenía que hacerse algo la verdad— mentí.

Me dirigí a mi cama y me tumbé.

—Ahora a dormir— sonreí.

—¿Quiénes son?— pregunto mi hermano refiriéndose a los padres de Gavi.

—Los padres de Gavi, ahora déjame dormir— reí y cerré los ojos.

—Tendrás que comer ¿no?—.

—No tengo ganas— respondí.

—No puedes estar sin comer Sophia— me regañó y abrí los ojos.

—Ya comí ayer por la noche. Pregúntale a Gavi—.

—Ahora le voy a preguntar cuando venga—.

—Perfecto— me giré para el otro lado y cerré los ojos.

Mi hermano chistó al escuchar eso pero me dejó tranquila y pude dormirme rápido.

Un rato más tarde...
Me levanté y vi que me había despertado en el lado contrario al cual me había dormido. Vi que mi hermano estaba con el móvil pero en cuanto notó que estaba despierta lo soltó.

—¿Qué hora es?— le pregunté.

—Cerca de las siete ¿quieres comer?— dijo enseñándome el plato de comida que habían traído antes el cual seguía envuelto en plástico.

—Pufff...— reí —Ya me espero a la cena—.

—Joder Sophia, no pones esto nada fácil— dijo riéndose.

—Comételo tú— le dije a buenas.

—¿Yo? Si yo ya he comido hace un rato ¿Que como otra vez?—.

—O sino llévatelo para trabajar—.

—Bien pensado— dijo riéndose —Así me como algo que no sea un bocadillo— dijo guardándolo en su mochila.

—Denada eh— vacilé.

Los padres de Gavi no se habían ido todavía. Mi hermano se fue y más tarde entraron mis padres.

—¿Que tal?— preguntó mi padre nada más entrar.

—Bastante bien. Hoy no me ha dado tanta reacción el tratamiento, solo estaba más cansada. Y anoche no podía dormir— dije y después sonreí porque no sabía que decir.

—¿No podías dormir por la siesta que te habías pegado o por el tratamiento?— preguntó mi madre.

—Por las dos cosas— reí —Creo— recalqué ese creo.

—Me alegro tanto de que todo vaya tan bien— dijo mi madre dándome un beso —Que ya tienes los días contados aquí mi amor—.

—Ya— sonreí falsamente.

En mi cabeza seguía ese miedo que tenía por irme de aquí, no estaba preparada y mucho menos para despedirme de Irene, un pilar fundamental para mí aquí.

—¿No estás contenta?— preguntó mi padre.

—Si, bueno, no, a ver— dije rápido —Se que quiero irme de aquí pero no quiero alejarme de algunas personas que han estado aquí, conmigo—.

En ese momento noté la mirada de Gavi en mí aunque la desvió en un par de segundos.

—Es que— seguí hablando —Hay algunas personas de aquí que me han ayudado mucho, entre ellas, Irene—.

—Pero mi amor, no te preocupes por eso— dijo mi madre —Hemos estado hablando con Irene y hemos acordado que en cuanto salgas de aquí la invitaremos algún día normal de esa semana para comer en un restaurante o algo y agradecerle todo lo que ha hecho por ti—.

—Si pero ya no será lo mismo—.

—¿Por qué no?— preguntó mi madre.

—Pues porque...— pensé —Nada, déjalo—.

—Sophia, déjalo no, creo que necesitamos un poco de comunicación en esta familia. El otro día no te dijimos nada de los...— corté a mi padre.

—No te atrevas a seguir esa frase— le advertí.

Continuará...

Continuará

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(𝐍𝐨)𝐬(𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬) || GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora